La Falla de Enfoque en el Tema Migratorio
Eunice Rendón
Los datos, a uno y otro lado de la frontera, son indudables: estamos ante una ola migratoria de gran escala. Cifras presentadas por el mandatario mexicano muestran que, entre agosto y septiembre, la migración irregular en la frontera México-Estados Unidos aumentó 20%. Por su parte, según la Patrulla Fronteriza estadounidense cerraremos el año con más de 300,000 detenciones. Cerraremos 2023 rompiendo récord en varias de las cifras relacionadas con el fenómeno migratorio. De continuar con la tendencia, tendremos en México cerca de 140 mil solicitudes de refugio.
También, según los datos de las autoridades estadounidenses, tendremos cerca de 3 millones de detenciones en la frontera superando lo que vimos en 2021 y 2022. Asimismo, las cifras relacionadas con los flujos de unidades familiares y niñez migrante también van en aumento. Los sistemas migratorios están rebasados, y la respuesta ha sido inhibir, por todos los medios, el tránsito de migrantes.
La consecuencia ha sido clara: no solo no se reducen los números, sino que las condiciones de los trayectos se vuelven más peligrosas y las ganancias más atractivas para los delincuentes que se dedican al tráfico de seres humanos.
En medio del creciente flujo, se llevó a cabo el Tercer Diálogo de Alto Nivel en Seguridad, que reunió altos cargos de las administraciones de ambos países. El principal objetivo en la agenda, además de detener el tráfico de fentanilo y armas a ambos lados de la frontera, fue encontrar soluciones al flujo migratorio actual, tema que por primera vez fue incorporado al diálogo. A pesar de las declaraciones de buena voluntad, los acuerdos se limitaron al control migratorio. Además de que el encuentro estuvo ensombrecido por el anuncio de 32 kilómetros nuevos de muro fronterizo.
Dicha estrategia disuasoria se suma a la reciente creación de los centros de procesamiento en Latinoamérica. Si bien hasta fines del mes pasado, cerca de 30 mil personas ya habían sacado un turno, el programa no ha sido lo esperado: la demanda de citas superó con creces la oferta, limitando la cantidad de solicitantes.
Por lo que toca a la estrategia nacional, parece ya lejano el discurso que sostenía que el problema migratorio debía resolverse con incentivos de desarrollo. Baste analizar las 15 acciones coordinadas entre Ferromex, la patrulla fronteriza y las autoridades mexicanas con el objetivo de evitar que los migrantes arriesguen o fallezcan en su trayecto. La supuesta «despresurización de la frontera» resultó, en realidad, una dinámica de retorno.
Entre los acuerdos está coordinar operativos con el Ejército, Guardia Nacional y policías estatales, contar con medios de transporte aéreo y terrestre para el retorno de los migrantes, así como realizar gestiones con los gobiernos para que reciban a sus connacionales. El enfoque tanto de Estados Unidos como de México está centrado en la securitización de las fronteras sur y norte: disuasión, deportaciones y retornos, además del despliegue de elementos militares y de seguridad. Por el momento, no parece haber sobre la mesa políticas más integrales.
Quedará pendiente ver qué propone la reunión, con los Presidentes y Cancilleres de 11 países de América Latina relacionados con el fenómeno migratorio, convocada por el mandatario mexicano para el 22 de octubre. Por el momento, sin embargo, la conclusión parece clara: solo un enfoque integral, que asuma el fenómeno migratorio en sus ventajas y derechos, podrá subsanar una crisis que no parece remitir. Sun