Al cantante Camilo no hay nada que logre quitarle la frescura, el buen ánimo y la sonrisa, ni siquiera los nervios de presentarse ante 10 mil de sus fans, en el Auditorio Nacional.
Desde salsa, vallenato, reggaetón y hasta regional mexicano, fue el repertorio que el cantante ofreció a su público, además de intensas muestras de cariño que duraron desde el inicio del show, hasta la última canción. En cada movimiento parecía que iba a lanzarse hacia la gente o que correría a abrazar a alguna fanática, pero al final se detenía estrepitosamente, siempre al filo del escenario.
“Buenas noches tribu”, expresó el cantante a manera de saludo. “Hoy este es nuestro lugar feliz, nuestro lugar seguro”. Pero no hacía falta decirlo, para entonces todos los asistentes se abrazaban, bailaban y reían con cada una de sus ocurrencias, que, aunque puede parecer poco genuino, causaba la alegría en sus fans.
Camilo, como ya es costumbre pasó el show entero descalzo, con un atuendo completamente blanco: pantalón holgado y playera de tirantes. Sus brazos fuertes contrastaban con la fragilidad de su música y el entusiasmo con él se movía en el escenario. La felicidad que desbordaba era tanta que, a veces, parecía inverosímil; y con el bigote que llegaba hasta sus pómulos, incluso resultaba cómica la manera en que el colombiano se dirigía a su gente. Pero ellos lo conocen bien, se sabían todas las letras de sus canciones y se involucraban con cada paso y cada palabra que decía, sin cuestionarlo. SUN
Camilo Llena de Entusiasmo al Auditorio Nacional
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