* La Presidenta Sheinbaum Confirmó que no Asistirá al Evento.
Washington.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha extendido invitaciones a varios mandatarios extranjeros alineados con su visión política para asistir a su ceremonia de investidura el próximo 20 de enero.
Entre los convocados se encuentran líderes como Javier Milei, presidente de Argentina; Daniel Noboa, presidente de Ecuador; Giorgia Meloni, primera ministra de Italia; Viktor Orbán, primer ministro de Hungría; y Nayib Bukele, presidente de El Salvador.
De manera notable, Trump también invitó al presidente de China, Xi Jinping, aunque este último declinó la invitación. Sin embargo, no todos los jefes de Estado fueron convocados, incluyendo a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
La presidenta Sheinbaum confirmó que no asistirá al evento, pero restó importancia a su exclusión directa. “No, pero no pasa nada”, señaló al ser cuestionada al respecto hace dos días. En su lugar, México estará representado por su embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, quien explicó que, de acuerdo con la tradición estadounidense, es más común que los países sean representados por su cuerpo diplomático en lugar de sus jefes de Estado.
“México ya fue invitado a la inauguración, así le llaman a la toma de protesta de Donald Trump. Invitaron a todo el cuerpo diplomático, es lo que se usa ahí (EU), se usa más que jefes de Estado se invite a los embajadores y embajadoras”, señaló Moctezuma.
Si bien no es habitual que mandatarios extranjeros asistan a la toma de posesión de un presidente estadounidense, la inclusión de líderes como Milei, Meloni, Orbán y Bukele refleja las afinidades ideológicas de Trump con ciertos gobiernos de corte conservador o populista. Esto marca un precedente inédito en el protocolo de investidura presidencial en Estados Unidos, donde históricamente las invitaciones suelen limitarse al cuerpo diplomático acreditado en el país.
El evento del 20 de enero será observado con atención a nivel internacional, dado el regreso de Trump a la Casa Blanca en un contexto de polarización política en Estados Unidos y un panorama global marcado por tensiones ideológicas y económicas. La selección de los mandatarios invitados podría interpretarse como un mensaje político sobre las prioridades y alianzas que marcarán esta nueva administración.