*Abundan las Calles Destrozadas y Llenas de Basura, Drenajes Colapsados y Obras Inconclusas.
Tapachula, Chiapas; 29 de septiembre del 2022.- Hoy viernes, el aún alcalde de Huixtla, Carlos Salazar Gam, rendirá su informe de actividades al cumplir un año al frente de ese cargo, justo cuando la población ya considera como la peor administración en la historia de ese municipio.
No hay que buscarle mucho para ver que las calles están completamente destrozadas y sin mantenimiento, no solo en el área urbana sino también en la rural, en el camino al ingenio y en áreas periféricas, ocasionando severos daños a la economía del pueblo y visitantes, por los desperfectos que se ocasionan en sus unidades.
El edil no ha tenido ni siquiera la capacidad de resolver el serio problema de recolección de la basura y por ello en las calles de la ciudad están dispersas toneladas de residuos todos los días, ocasionando un severo problema de contaminación y una vergonzosa imagen para la población y para los propios regidores, que sumisos tienen que agachar la mirada y aceptar todo lo que diga su patrón.
Las redes de drenaje están colapsadas y esparcen las fétidas aguas negras por la ciudad, además de que hay desabasto del vital líquido, calles en penumbras por las fallas en el alumbrado público; altos niveles de inseguridad; falta de obras y un campo en completo abandono.
También se ha desbordado el número de antros de vicio, comercio informal y una prostitución sin control que amenaza la salud de la población.
Salazar Gam Ha ordenado romper calles y banquetas con la justificación de que -algún día- hará unas nuevas, pero mientras cumple sus promesas, mantiene en caos vial a la ciudad, con pérdidas económicas en el comercio establecido, porque los clientes y no pueden llegar a sus locales.
Tampoco hay un plan de trabajo que garantice la atención de los rezagos y los nuevos retos en el municipio, o la gestoría que se requiere para satisfacer las demandas e inconformidades de la sociedad.
Este primer año de esa gris administración ha sido una prueba fiel de la impunidad e inmunidad que puede tener un ayuntamiento, que hoy no se sabe qué va informar, aunque de todos modos sus empleados le aplaudirán. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello