El Real Madrid Gana la Duodécima Champions League
Leyenda, grandioso, impresionante. No hay calificativos para describir a un Real Madrid que ya es leyenda. Una vez más el rey de reyes levanta una copa en la que por primera vez en la historia de la Champions League un equipo la gana de forma consecutiva.
Un hito en el que Cristiano del que ya se puede considerar como el mejor jugador del equipo blanco ha respondido a los que dudaron de él con goles. Y goles importantes, de los que se guardan en el recuerdo. De los que uno rememora en la distancia con una sonrisa. Un doblete para poner el puño en la mesa y ratificar lo que muchos callaban. El Madrid es el mejor equipo en Europa y se impuso a una Juventus por 1-4, siendo con tres goles y antes de la final el equipo menos goleado de la competición sin encajar un gol de jugada.
El partido fue un choque de trenes. Ambos conjuntos se buscaron con miedo de dar ventaja al rival. Con el retrovisor echado para evitar pérdidas en campo propio. Unos primeros minutos en los que la Juventus se siente como pez en el agua. Pero el Real Madrid sacó pecho, tocó, movió con cabeza liderado por un Isco y un Modric que entendieron perfectamente lo que tenían que llevar a cabo. En ese momento llegó Cristiano y despertó al madridismo. Gol de nuevo en una final, pero de los que dan alas. De los que confirman un grupo y un estilo en el que la mano de Zidane es incuestionable.
Pero la Juve es una roca. Se repuso y respondió de la mano de Mandzukic que se sacó de la chistera una volea de espaldas que pilló a Keylor descolocado, el único error del costarricense en todo el partido que salvó a los blancos cada vez que los juventinos se acercaron al área blanca. Descanso y tablas en el marcador y con las espaldas en alto para la segunda parte.
Una segunda parte en la que el Real Madrid salió fresco, con las ideas claras y reactivados con la típica charla de Zidane. Un Madrid que se estiró y que tras unos momentos de tanteo con la Juve creció de la mano de Isco, Modric y un Casemiro que reventó la red de la portería en un segundo gol desde 40 metros que dejó a Buffon y a los italianos sin respuesta. Unas dudas en las que el Madrid olió la sangre y en la que Cristiano puso su nombre en la historia con un doblete. El cuarto del Real Madrid lo puso Marco Asencio, jugador que ha irrumpido de manera ascendente en el cuadro blanco, y que pinta para crack mundial. Duodécima Champions. Cristiano y el Madrid son leyenda. AGENCIAS