“El hombre que adula a su prójimo, red tiende delante de sus pasos” (Proverbios 29:5)
Segunda ola de Muerte
Oscar D. Ballinas Lezama
En la era del Coronavirus, los pueblos del mundo y sus Gobiernos se han entrampado en su propio desconocimiento del enemigo invisible más poderoso en la historia de la humanidad; un segundo rebrote de la pandemia de la peste del siglo XXI, los está poniendo contra la pared al confirmarse que la aparición de una vacuna está muy lejos de darse.
Países del primer mundo no han tenido más remedio que regresar al confinamiento y otras medidas extremas como el toque de queda, lo que ha creado una controversia mundial cuando funcionarios de la OMS manifestaron: “No abogamos por los confinamientos como el principal medio de control de este virus”.
El enviado especial de la Organización Mundial de la Salud, David Nabarro, dijo: “los confinamientos sólo tienen una consecuencia que uno nunca, nunca debe menospreciar, y es que hacen a los pobres mucho más pobres”, aseveró el funcionario de la OMS.
Hugo López Gatell, quien al principio de la pandemia subestimó y minimizó el uso del cubrebocas, ahora que México sigue posesionado del cuarto lugar entre los países con más muertos por Coronavirus (casi cien mil fallecidos), no ha tenido más remedio que dejar el orgullo a un lado que aceptar su equivocación, añadiendo que tampoco se ve un panorama muy claro en la existencia de una vacuna efectiva contra esta peste.
Ayer, los medios de comunicación nacionales fueron portavoz de algunos expertos en salud, quienes hicieron malos augurios para la Ciudad de México en donde el próximo lunes podría regresar a semáforo rojo; ya que los casos de contagios y muertes por el Covid 19 siguen aumentando, al igual que en Chihuahua y Durango en donde las camas ya son insuficientes, ante esta grave situación se empieza a dar otra máxima alerta en toda la República Mexicana.
Las autoridades mexicanas reconocen que los jóvenes son los más peligrosos, ya que se niegan a acatar las medidas sanitarias y constantemente acuden a reuniones masivas y organizan fiestas sin protegerse.
“El príncipe de las camas vacías y muertos en casa”, ha tenido que salir a decir que los mexicanos no se vayan con la finta de las vacunas que son anunciados por empresas farmacéuticas, las que tratan de crear falsas expectativas en el mundo.
En Chiapas, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, insiste diariamente para que los chiapanecos no bajen la guardia y se cuiden ante la pandemia:
“A los jóvenes les dijo, cuiden a sus padres, protejan a nuestros abuelitos, ustedes tienen una gran responsabilidad de cuidarse porque así protegen su salud y la de sus familiares, no salgan a fiestas o reuniones masivas, de esa manera estarán blindando la salud de todos sus seres más queridos; no hay que confiarse, esta enfermedad es muy grave, ataca muy dura a los abuelitas y abuelitos, así como a todas las personas mayores”.
En otras cosas, en todos los municipios del Soconusco se ha desatado la fiebre de los aspirantes a ocupar cargos de elección popular en el 2021; todo mundo levanta la mano, aprovechando las lagunas legales de la ley electoral en el renglón de actos anticipados de campaña.
Algunos lo hacen, tímidamente, tomándose fotografías con la gente que los ‘quiere’, los abrazan, les invitan un refresco o café y luego suben las imágenes a las redes sociales, para que el pueblo vea lo ‘popular’ que son entre la tropa; engañan a la gente para cazar su alma y su voto.
Existen quienes abiertamente afirman que buscan las candidaturas a tal o cual cargo, otros colocan espectaculares, reparten despensas y hay quienes, siendo parte de la estructura de los partidos políticos, aprovechan el viaje para promoverse sin recato alguno, total el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana en Chiapas y la ‘carabina de ambrosio’ parecen ser la misma’ mica’; sólo están de floreros y por eso, dejan que quien tenga más saliva trague más pinole.
Para nadie es secreto que la mayoría de los que ya ‘caminan rumbo a las alcaldías y diputaciones’, no son conocidos ni en su casa, carecen de experiencia en cargos públicos o tienen una enorme cola que les pisen; aunque todos se frotan las manos pensando que podrían llegar ‘sacarse la lotería sin comprar cachito’. Total, en México la mayoría de los ciudadanos no tienen memoria.