Darinel Zacarías
¡El Jaguar Rugió en Chiapas!
“Cuando estalle la guerra. Estaré en la trinchera contigo”
Joaquín Sabina
El escenario mediático de los últimos días en la fauna política de Chiapas, fue cardiaca. La encerrona de este lunes por la madrugada despejó al parecer muchos agios. Calmó el caos. Paró especulaciones.
En la Casona enclaustraron a los actores principales. El objetivo era ya, frenar el caos y la zozobra. No se podía seguir un juego pacato. Incierto. Basta de jugueteos.
Hoy sí. Mañana no. Era el dilema, la coalición anunciada pintaba así: PRI-PVEM-PANAL-Chiapas Unido y Mover a Chiapas. La rebatinga era, quién sería el que encabezaría. La pugna: Eduardo Ramírez contra Roberto Albores Gleason.
Luego de la toma de decisiones, de la indocilidad del Jaguar Negro, la presunta intimidación, el pronunciamiento de no “doblegarse”, vino la negociación, ¡sueltos! la locución.
Este lunes de madrugada, se cerró, más bien rompió el pacto de verdes y rojos. Lo anunciado en mis anteriores opiniones. El PRI se bajó del caballo. Mostró desasosiego. Se vio incrédulo. Flaqueo, ir a las bases, era cavar su tumba.
Rompieron el pacto. Se sueltan de la mano. Parece que está vez ya mutó el amor. Feneció el amasiato político, y cada instituto lleva su carta fuerte. Los mismos. Lalo por los esmeraldas. Roberto por los rojos.
Y es que el aspirante priista tiene en su historial un trabajo de choque y de pugilato con la vieja tropa del tricolor. Luchó y orilló a muchos líderes. Elitista en su conducir, menosprecio a quienes tenían animadversión con su patriarca. Se brincó los cánones.
La confrontación estaba agarrando otros tintes. Tirrias y resentimientos. Eso en nada abonaba al clima electoral. La lucha y la batalla, entre dos partidos cuncas, sólo estaban generando efectos colaterales. Engordar el caldo al Movimiento de Regeneración Nacional.
Hoy todos esperan el anuncio oficial, que ya no haya temores, ni sobresaltos. Que los traidores se mueran de ansias, que quienes negaron apoyo y respaldo a su candidato, asuman sus turbaciones.
La coalición ¡Todos por Chiapas! queda así: PVEM-Chiapas Unido y Mover a Chiapas. Mientras que el PRI se va con PANAL. Era la manera más civilizada de mostrar su músculo. Ambas fórmulas abonan a la ecuación nacional de Meade, que parece que en tendencia, lo aventaron al tercer casillero.
La tormenta parece que ya se serenó. Vino el paraguas. Desde ahora, las fortalezas de cada instituto deben empezar a caminar. El jolgorio, ya empezó.
La profusión de mensajes lapidarios debe cesar. Que se acabe el fraguado perverso desde el infierno. Que ya no les llueva sobre mojado.
Y para los que se echaron para atrás y se atrincheraron durante el combate, que se mueran de miedo.
Y como reza Gieco “que lo injusto no me sea indiferente. Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente”.
Por lo pronto, agende la jarana esmeralda. Todo apunta para estos próximos días. Desde la frontera sur, va rugir el Jaguar.
¿Quién dijo que tengo sed?