sábado, diciembre 6, 2025
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ALFIL NEGRO

Por Oscar D. Ballinas Lezama
Cinturón de Paz

Entre gritos, cohetones y pintas, cientos de jóvenes marcharon en medio del ‘cinturón de paz’, en las céntricas calles de la Ciudad de México, dizque para recordar los hechos violentos de 1968, año en el cual los militares mataron a miles de estudiantes.
Desafortunadamente los llamados radicales lograron realizar pintas al traspasar el cinturón de paz, siendo el lugar más álgido el cruce entre la calle 5 de Mayo y Bolívar, en donde jóvenes encapuchados no solamente tiraron cohetes y lanzaron aerosoles, sino que golpearon a varios policías y personas que nada tenían que ver con su actitud protestataria.
Desde las cuatro de la tarde, los contingentes empezaron a llegar a la explanada de zócalo, en donde más tarde se fueron dispersando sin realizar mítines ni discursos, para recordar a los estudiantes caídos bajo las balas de los militares de aquella época; los pocos que aún sobreviven, fueron los que encabezaron esta marcha.
Los que más sufrieron fueron los reporteros y camarógrafos que trataban de realizar su trabajo, ya que los vándalos encapuchados amenazaban con agredirlos a golpes, algunos lo hicieron tirándoles piedras y bombas molotov a los comunicadores, que tuvieron que ser rescatados por grupos vestidos de civil que lograron evitar la agresión.
Algunos analistas, explicaron que esta marcha se realizó únicamente para recordar los hechos del 2 de octubre de 1968, sin que se viera que los marchistas tuvieran como finalidad exigir justicia para los que cayeron asesinados en el 68, tampoco se exigió castigo para los grandes responsables de un delito de lesa humanidad, fue una marcha del recuerdo para unos y de vandalismo para otros, ante la mirada resignada de los cuerpos policiacos que obedeciendo órdenes superiores, no movieron un dedo para detener a los provocadores que vandalizaron; los últimos grupos que arribaron al zócalo fueron los más radicales y trascendió que lograron herir a una mujer policía.
Fue como la celebración de un carnaval, los medios electrónicos estuvieron a la caza de algún escándalo y hasta las seis de la tarde de ayer, la mayoría de los periodistas se habían quedado esperando acción para atraer más audiencia a sus programas; el problema de los estudiantes asesinados en 1968, es que, a diferencia de los de Ayotzinapa, que ‘vivos se los llevaron y vivos exigen que los regresen”; los sobrevivientes del 68, en su mayoría, ya pasaron a mejor mundo.
Algunos analistas políticos del Soconusco, coincidieron en que se ha perdido la esencia protestataria de este ‘movimiento estudiantil’, que ayer se convirtió en una especie de circo, en el que solo hubo payasos realizando actos de malabarismos, maroma y teatro, manteniendo entretenida a la ciudadanía que llegó a verlos, y quienes lo hicieron desde la comodidad de sus casas a través de un televisor o las redes sociales.
Hay que destacar que los pocos policías y el grupo ‘marabunta’ de Protección Civil, estuvieron conteniendo la avalancha de manifestantes a quienes dividieron y encapsularon, logrando controlarlos para que no se salieran del redil, con sus excepciones, las infiltraciones de los radicales fueron pocas; la marcha fue de pocas nueces y mucho ruido.
Parece ser que la advertencia de la Presidencia, hecha a los encapuchados reventadores de marchas, sobre que, si volvían a aparecer para hacer destrozos los acusaría con sus mamás, papás y abuelos; la presencia de estos provocadores el día de ayer fue en menor número, en relación a otras marchas anteriores.
“Esto seguro que ellos (sus padres y abuelos) no estarán de acuerdo, que los verían como malcriados, les darían hasta sus jalones de orejas, sus zapes”, les advirtió en forma paternal el Presidente de la República, a quienes trataran de provocar pintas y destrozos en la marcha de ayer 2 de octubre.
En otros temas, en Tapachula jóvenes estudiantes del COBACH asistieron a las instalaciones del Planetario del Colegio de Bachilleres de Chiapas, para escuchar las conferencias de distinguidos vulcanólogos y Silvia Ramos Hernández y Miguel Ángel Alatorre, del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la UNICACH.
Los temas fueron relacionados con los fenómenos naturales que son provocados por el cambio climático, así como el peligro latente que representa en esta región de la Frontera Sur de México, “el gigante que descansa pero no duerme”, dijeron los reconocidos científicos, refiriéndose al volcán Tacaná, cuyas laderas se deslavan con las constantes lluvias de esta temporada y son un riesgo para unos 4 mil habitantes de la zona de Unión Juárez y Cacahoatán, por lo que añadieron que constantemente están monitoreando ese lugar.

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