Por Oscar D. Ballinas Lezama
A Río Revuelto
“Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos”. (Apocalipsis 18:17)
Ante la devastación que el huracán Harvey ha causado en los Estados Unidos de Norteamérica, pegándole en el corazón que le genera la mayor parte de su economía, su gobierno anunció ya un incremento del 6.76 por ciento en el precio de las gasolinas refinadas en Texas y Luisiana.
Se espera que esta grave crisis que están viviendo los norteamericanos en esa zona, casualmente oscurecida hace pocas semanas por el eclipse solar del 21 de agosto, repercuta en los precios de los energéticos en México, país que ha sido hasta ahora uno de los principales clientes de las refinerías en el país del norte; según los expertos los mexicanos importan el 70.2 por ciento de combustibles y sus derivados desde Texas.
Entre las consecuencias generadas por la fuerza del fenómeno natural Harvey, que llegó con un poderío devastador como nunca 50 años atrás había sucedido, en esa región del planeta, están las lamentables muertes de una treintena de personas, daños de viviendas, carreteras, caminos y sus principales plataformas petroleras, así como de sus refinerías que producen al menos 420 mil barriles diarios de crudo extraído en el Golfo de México.
Para nadie es secreto que con las consecuencias de las intensas lluvias, o el ‘temporal’ como le llamamos en México a estos fenómenos de la naturaleza, se ha paralizado la producción del petróleo y la refinería productora de gasolina y diesel que se envía a varios países del mundo, en especial a México y Canadá.
Lo raro del asunto, aunque es buena la noticia, que Pemex ha dado a conocer oficialmente que ‘el abasto de energéticos está garantizado en México, ya que se cuenta con inventarios suficientes de gasolina y diesel’; lo que nos lleva a pensar que este producto no subirá sus precios para convertirse en ‘ganancia de empresarios de las gasolineras, aprovechando el río revuelto’.
Basado en que la nación azteca es uno de los principales compradores de gasolina a Estados Unidos, los analistas del sector energético, aseguran que la importación de gasolinas de Estados Unidos a México se puede complicar ante los problemas climatológicos, ya que esto seguirá impidiendo la llegada de los barcos con combustible a puertos mexicanos.
Por si fuera poco, la Comisión Reguladora de Energía, que está al pendiente de los precios diarios de los combustibles en nuestro país, augura que aumentarán un 7 por ciento este fin de semana, ante el miedo de que el huracán Harvey siga dañando más la producción petrolera de la costa del Golfo de México en la parte de los Estados Unidos de Norteamérica.
Conociendo a nuestros políticos y empresarios de las gasolineras, difícil es creer que no aprovecharán la situación para seguir haciéndose de ‘mulas Pedro’ y al final, como siempre ha sucedido en este país de las maravillas, quien pagará los platos rotos será el pueblo, al que no le queda más remedio que seguir ‘flojito y cooperando’ .
Es curioso ver como la arrogancia de un presidente como Donald Trump, le impide ver más allá de sus narices y le ha dado la espalda a Dios; está viendo la tormenta y no se hinca, en medio de la tribulación que vive su pueblo su odio racial deja en claro la amenaza de que los mexicanos vamos a pagar el muro de la vergüenza.
Lleno de soberbia, en cuanto tomó las riendas de la presidencia en la Casa Blanca desechó el programa para frenar el calentamiento global, dijo que era una farsa y en el pecado está llevando la penitencia; a contrapelo de las consideradas malas decisiones del ‘príncipe pelos de elote’, el ex presidente Obama había aprobado una orden ejecutiva en el 2013, en la que ordenaba a todas las agencias del gobierno que se preparasen para este problema; sin embargo, su sucesor fue lo primero que quitó.
En otros temas, la gente que vive en Tapachula sigue siendo puesta al filo de la navaja, ya que la Secretaría de Salud en Chiapas autorizó que nuevamente se fumigue con el peligroso Malathión, que según la Agencia del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, se encuentra entre los cinco pesticidas como probables cancerígenos en el mundo.
Los insecticidas malathión y diazinón fueron clasificados como cancerígenos posibles, por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), cuya sede se halla en Lyon; aunque ayer la SSA en esta entidad, envió un boletín explicando que en ‘porciones pequeñas’ no es peligroso para los seres humanos, sin tomar en cuenta que de entrada, en Tapachula se fumiga varias veces al día y por la noche, diariamente, y con ello la porción que se consume vía respiratoria, alimentos y agua que son contaminados con este poderoso pesticida, entonces ya no se está hablando de ‘pequeñas cantidades’, de ahí la urgencia de que se detengan las fumigaciones ,se investigue a fondo por químicos de la sociedad civil, para que se determine hasta dónde es el riesgo en que se está poniendo a la población.
Algunos médicos y el mismo titular de la Jurisdicción Sanitaria afirman que no es peligroso para los seres humanos y que es un producto hecho a base de una planta llamada crisantemo que era usada desde hace miles de años por los chinos, para exterminar los piojos, pero que no es tóxica porque su acción sólo dura pocas horas y es inactiva con el sol, de ahí que se fumigue en la noche y madrugada.
Más vale prevenir que lamentar; por lo que sería bueno que la SSA demostrara que realmente no es dañino este insecticida, con el que aseguran están combatiendo a los zancudos que transmiten Dengue, Chikungunya y Zika; por cierto, ayer circuló en las redes una imagen de peligro por el uso del malathión, provocando que el jefe del sector salud ordenara se cancelaran las fumigaciones, mientras tanto se demuestra a la ciudadanía que no es peligroso para los humanos.
Las autoridades de salud en la región deben de ser cautelosas, no poner en riesgo la vida de sus conciudadanos, si es que así estuviera sucediendo, no pretendemos ser alarmistas, pero más vale un grito a tiempo en una sociedad donde todos podemos sufrir.