miércoles, abril 24, 2024
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OPINIÓN PÚBLICA

Pandilleros, una Realidad
Gonzalo Egremy

*La pandilla transnacional Mara-Salvatrucha llegó a esa zona de México a fines de los años 80´s y principios de los 90´s; luego aparecieron los Barrio-18.

*Autoridades de los 3 niveles crearon grupo especial antipandillas, por los sujetos que llegan huyendo de la policía de Centroamérica, que también los combate.

Mientras exista, presunta complicidad, de algunos agentes con extranjeros que ven a Tapachula como mina de oro para sus actividades ilícitas, difícilmente tendrá éxito el combate a las pandillas.
Cierto es que la Fiscalía General del Estado, a través de la oficina especializada de atención a Migrantes hace el esfuerzo por combatir a células de las pandillas MS-13 y B-18, a través de operativos con la policía municipal.
Pero de acuerdo con denuncias a medios de comunicación, de víctimas de robos, asaltos, violaciones y extorsiones, algunos agentes de seguridad pública, presuntamente, encubren y otorgan protección a pandilleros.
“Los policías saben perfectamente bien quiénes son los hampones, su modo de operar en contubernio con taxistas de los llamados ‘libres’, a quienes les cobran una cuota por dejar de trabajar como son a hetairas y travestis, y por ello reciben parte de esas acciones ilícitas”, narró una víctima de robo.
Luego entonces todo esfuerzo que hagan las autoridades para combatir los delincuentes que arriban a esta ciudad huyendo de los operativos antipandillas que la policía de Honduras, El Salvador y Guatemala han implementado, no tendrá mucho éxito.
En este espacio tecleamos hace dos años que desde finales de los 80’s obtuvimos informes fidedignos de la presencia aquí de la pandilla MS-13.
Considerada por el Departamento del Tesorero de Estados Unidos como una organización criminal transnacional, la MS-13 “hizo escuela” en esta frontera sur y fundó las primeras “clicas” o células entre jóvenes locales.
Diversos analistas coinciden que la Mara Salvatrucha 13 nace por los 80’s en Los Ángeles, California, EU, presumiblemente con salvadoreños que llegaron a la Unión Americana huyendo de la guerra civil en su país.
Ya antes existía en aquella ciudad gringa otra pandilla denominada posteriormente en castellano, Barrio 18 (B-18) por ser la calle en donde estaba el mayor número de sus integrantes.
La rivalidad entre ambas organizaciones criminales es histórica como su misma expansión a otros países, sobre todo a El Salvador, Honduras y Guatemala, pero también aquí a México, y en menor escala a Canadá y España.
Su principal característica, hasta hace tres décadas, eran los tatuajes; actualmente, indican informes, no todos los que ingresan a las pandillas se tatúan; pero la particularidad más abominable es la violencia (homicidios) y crueldad en otros muchos delitos que cometen.
El rito de iniciación es, afirman estudios, que el iniciado aguante 13 segundos de golpes de los demás integrantes de la pandilla; para las mujeres, llegan, presuntamente, a la violación. O ambos iniciados tienen que demostrar su valor yendo a asesinar a algún integrante de sus adversarios.
Se comunican entre ellos a base de signos con los dedos de las manos y a través de la violencia controlan prisiones, narcomenudeo, extorsiones (cobro de piso), prostitución y tráfico de seres humanos entre otros delitos.
Tan solo en El Salvador, afirman estudios, existen 70 mil integrantes de la MS13 en las calles y unos 10 mil en las cárceles, pero desde ahí controlan ciudades, regiones y hasta grandes territorios de países, como los tres mencionados en Centroamérica.
Esta franja fronteriza sur de México está siendo el santuario para muchas células de ambas pandillas MS13 y B18, cuyos miembros son centroamericanos deportados de los EU desde la llegada al poder de Donald Trump.
Algunos más son nacionales de hogares en desintegración, por la pobreza extrema en la que han sobrevivido, por abandono o porque han sido víctimas de abusos, y buscan en la pandilla a “una familia”.
Según la página web: revoluciontrespuntocero.com “La evolución de las pandillas La MS-13 y la M-18 es la prueba de que unas simples bandas callejeras tienen la capacidad de convertirse en grupos criminales internacionales.
“La deportación emprendida por EE.UU. resultó ser una solución demasiado rápida y más bien causó nuevos problemas.
“Al mismo tiempo, las autoridades de muchos países receptores de los deportados desconocen el peligro que representan los pandilleros y carecen de un sistema de seguridad capaz de hacer frente a criminales de esta naturaleza.
“Las pandillas se aprovechan de las debilidades de los Gobiernos”; y localmente en esta franja fronteriza sur de México, lo padecemos con la violencia cotidiana, ¿no cree usted?//Salud

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