Equipos de rescate de Estados Unidos y Canadá e incluso un robot francés, han sido destinados a la búsqueda del sumergible Titán, que desapareció el domingo en el océano Atlántico cuando se dirigía a explorar los restos del Titanic. Sin embargo, los expertos no dan muchas esperanzas respecto a las posibilidades de rescate. La posibilidad de congelamiento y la falta de oxígeno son las dos grandes preocupaciones.
Las cinco personas que viajan a bordo del sumergible, de 6.7 metros de largo y que puede alcanzar profundidades de casi 4 kilómetros, ya han sido identificadas.
Se trata del empresario británico-paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman; el empresario y explorador británico Hamish Harding; el antiguo submarinista de la Armada francesa Paul-Henry Nargeolet, quien ya había explorado el Titanic, y Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, la empresa responsable de la inmersión.
El sumergible tiene un casco a presión para soportar la presión externa bajo el agua. Por lo tanto, la tripulación debe estar bajo la presión normal de la atmósfera como en la superficie y respirar aire normal.
Sin embargo, tras un largo periodo de tiempo, el oxígeno se consumirá y se producirá CO2. El tiempo es un factor crítico, ya que el barco tiene un máximo de 96 horas de oxígeno de autonomía para la respiración de cinco personas.
El contraalmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger, dijo el lunes a periodistas en Boston que creía que todavía quedaban 70 horas o más disponibles. Eso, si los tripulantes no caen presas del pánico. Bajo esas circunstancias, el oxígeno se acabará mucho antes.
Además, las personas que están en el Titán enfrentan duras condiciones y podrían incluso morir congeladas si el buque sufre un corte de energía catastrófico, ya que las temperaturas caerán en picado y se quedarán a oscuras.
David Gallo, asesor principal de Iniciativas Estratégicas del RMS Titanic, advirtió en declaraciones a CNN News que los cinco corren el riesgo de sufrir hipotermia «si el submarino sigue en el fondo, porque en las profundidades del océano hace un frío apenas superior al punto de congelación».
David Marquet, excomandante de un submarino nuclear estadounidense, tampoco se mostró optimista. En entrevista con Good Morning Britain, dijo que la probabilidad de que la tripulación sobreviva es inferior al uno por ciento «si están en el fondo», lamentó.
«Se les está acabando el tiempo en términos de suministro de oxígeno, que van a intentar prolongar», acotó.
«Si todavía están vivos, van a querer tratar de relajarse, minimizar el uso de oxígeno, minimizar toda actividad física. No van a querer entrar en pánico y emocionarse y van a querer tomar siestas porque esa es una buena manera de minimizar el uso de oxígeno».
Advirtió que el nivel de dióxido de carbono podría aumentar demasiado y asfixiar a la tripulación.
Otro factor que hace que el pesimismo se extienda es que, ya que el submarino perdió la comunicación, no ha vuelto a la superficie y no ha lanzado algún dispositivo de emergencia.
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, sugirió dos posibles hipótesis, basadas en imágenes del submarino publicadas por la prensa: en caso de que el Titán haya sufrido un problema eléctrico o de comunicaciones, podría haber salido a la superficie y permanecer flotando, «esperando a ser encontrado». Sería el escenario más optimista.
Otro escenario es que el casco de presión se haya dañado o sufrido una fuga. «Entonces el pronóstico no es bueno», indicó.
Para complicar más la situación, son «muy pocas las embarcaciones» capaces de llegar a la profundidad a la que podría haber viajado el «Titán», advirtió.
«Titán» submarino manejado con control de videojuegos
Un detalle acerca del «Titán» ha acaparado la atención: fabricado con fibra de carbono y titanio, con capacidad para sumergirse a 4 mil metros, el sumergible es manejado… con un control de videojuegos.
Así lo narró el propio director ejecutivo de OceanGate, la empresa dueña de «Titán», Stockton Rush, uno de los cinco pasajeros del sumergible desaparecido.
En un TikTok de BBC News, Rush muestra lo fácil que es maniobrar el «Titán», que cuenta con oxígeno suficiente para 96 horas, aunque actualmente se considera que le quedan unas 40 horas.
OceanGate, que cobra 250 mil dólares por persona por una expedición de ocho días al «Titanic», señala que el «Titán» es el único sumergible con un sistema de monitoreo en tiempo real de los cambios de presión.
El sumergible sólo se puede abrir por fuera por personal de la empresa que se queda esperando en el barco que arrastra al «Titán» hasta la zona de inmersión.
Tampoco cuenta con válvula de escape, por lo que quienes han viajado en él señalan que es misión imposible salir de allí sin ayuda.
Empleado Reportó Fallas de Seguridad de «Titán» y lo Despidieron: TNR
OceanGate, tenía graves problemas de seguridad que reportó un empleado. Pero en vez de atender sus preocupaciones, fue despedido, reporta la revista estadounidense The New Republic (TNR).
Documentos judiciales obtenidos por TNR revelan que el empleado, David Lochridge, piloto de sumergibles, fue despedido de OceanGate en 2018, tras expresar sus temores, incluyendo el de que, contrario a lo que proclamaba la empresa, el sumergible no estaba hecho para descender a 4 mil metros de profundidad.
Los temores de Lochridge, director de operaciones, salieron a la luz y OceanGate lo despidió y demandó por revelar información confidencial sobre el «Titán». Pero el experto contra demandó, alegando despido improcedente, dado que su puesto en la empresa significaba que los temores de seguridad que había expresado y que se dieron a conocer, tenían razón de ser.
En su contrademanda, Lochridge se quejó de que, en lugar de abordar sus preocupaciones, fue despedido «con la intención de silenciarlo y evitar abordar los problemas de seguridad y control de calidad».
La contrademanda, explicó TNR, incluye algunos de los riesgos de seguridad que encontró Lochridge. El más importante era el peligro potencial para los pasajeros una vez que el «Titán» alcanzara profundidades extremas.
Lochridge encontró defectos visibles en las muestras finales de carbono para el «Titán», y que los constantes ciclos de presión provocarían desgarros del carbono. Pero el defecto más grave era otro.
Mientras trabajaba en su informe, Lochridge solicitó información al director de ingeniería sobre el diseño de la ventana del «Titán» y los resultados de las pruebas de presión a dicha ventana. La información le fue denegada.
En enero de 2018, la gente de OceanGate convocó a una reunión con Lochridge, con el director general, el director de recursos humanos y el director de ingeniería. Allí se enteró de por qué le habían negado el acceso a la información.
De acuerdo con la contrademanda obtenida por TNR, Lochridge fue informado de que la ventana de la proa del sumergible sólo estaba construida para una presión certificada de mil 300 metros, aunque OceanGate pretendía llevar a los pasajeros a profundidades de 4 mil metros.
OceanGate, señala el documento, se negó a pagar para que el fabricante construyera un mirador que cumpliera con la profundidad a la que querían llevar al «Titán».
Lochridge denunció además que se utilizaron «materiales inflamables y peligrosos en el sumergible», pero cuando insistió sobre el tema, terminó por ser despedido.
TNR señala que el caso entre Lochridge y OceanGate no avanzó mucho más, y unos meses después las dos partes llegaron a un acuerdo.
Preocupa en Rescate del Titán Congelamiento y Falta de Oxígeno
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