El huracán «Otis» se degradó este miércoles a categoría 2 de la escala Saffir-Simpson tras golpear fuertemente el puerto de Acapulco, en el Pacífico mexicano, en donde dejó daños materiales, aunque no hay reportes de muertos hasta la tarde de este miércoles, informó el gobierno mexicano. El fenómeno tomó a todos por sorpresa. ¿Qué pasó?
A las 12H00 GMT, el centro del ciclón, que pasada la medianoche local tocó tierra como 5, la categoría máxima, se encontraba a 100 kilómetros al noroeste del popular balneario, con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora, y se desplazaba a 17 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
El NHC advirtió la tarde del martes que la tormenta «Otis» se aproximaba a la costa. «Esta es una situación extremadamente grave para el área metropolitana de Acapulco, con el núcleo del destructivo huracán probablemente acercándose o sobre esa gran ciudad a primera hora del miércoles», dijo el servicio meteorológico. «No hay huracanes registrados ni siquiera cerca de esta intensidad para esta parte de México».
Horas después, el presidente Andrés Manuel López Obrador pedía en X a la gente que buscara refugio, alertado de que el huracán entraría con toda su fuerza. Era demasiado tarde. La gente no pudo prevenirse y «Otis» dejó devastación a su paso. En el lapso de 12 horas, se había convertido de una tormenta tropical a un huracán categoría 5, la máxima en la escala. Se preveía que impactara alrededor de las 5:00 o 6:00 am del miércoles y tocó tierra a medianoche.
Una de las cosas más notables de «Otis» fue que «esta rápida intensificación fue completamente inesperada», publicó Tomer Burg, un científico atmosférico, el martes por la noche, cuando comenzaba a quedar claro qué tan rápido se estaba fortaleciendo la tormenta.
Añadió: «Podemos hablar de estadísticas todo el día, pero en última instancia, la mayor preocupación inmediata es un huracán que se intensifica ‘extremadamente’ rápido y que se dirige a tocar tierra en México, con poco tiempo para prepararse para tocar tierra con esta intensidad. Esperando lo mejor para todos a su paso».
Con océanos más cálidos sirviendo como combustible, los huracanes del Atlántico tienen ahora más del doble de probabilidades que antes de intensificarse rápidamente a huracanes a poderosos y catastróficos, según un estudio publicado días antes de que «Otis» impactara como un monstruoso huracán categoría 5 en Acapulco, Guerrero, causando estragos.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, examinó la evolución de la velocidad de los vientos en cada huracán del Atlántico entre 1970 y 2020 y concluyó que todas las tempestades del Atlántico, grandes o pequeñas, tienden a ser más fuertes. El estudio analizó 830 ciclones tropicales del Atlántico desde 1971. Encontró que, en los últimos 20 años, 8.1% de las veces las tormentas pasaron de ser una tormenta menor de categoría 1 a un huracán mayor en sólo 24 horas. Esto ocurrió sólo 3.2% del tiempo entre 1971 y 1990, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports. Los huracanes de categoría 1 alcanzan un máximo de 153 km/h (95 mph) y un huracán debe tener vientos de al menos 178 km/h (111 mph) para convertirse en huracán de categoría 1.
Andra Garner, científica climática de la Universidad Rowan en Nueva Jersey, dijo que esta situación es muy preocupante para las comunidades costeras, pues cuando una tempestad se intensifica con mayor rapidez, más difícil es anticiparla.
En un artículo titulado «Por qué el huracán Otis pilló a muchos por sorpresa», el diario estadounidense The New York Times indicó que «Otis» comenzó a formarse el domingo por la mañana, primero como depresión tropical. En aquel momento, los modelos informáticos no mostraban datos como para preocuparse. Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijeron esa mañana que era posible «algún ligero fortalecimiento» en los días siguientes. El domingo por la tarde, los modelos de pronóstico por ordenador todavía no mostraban mucho.
El lunes por la tarde, los modelos comenzaron a indicar que la tormenta podría convertirse en huracán, y los meteorólogos creían que con la abundante cantidad de humedad en el área y las cálidas temperaturas del océano, la tormenta se fortalecería gradualmente.
El lunes por la noche, cuando «Otis» seguía siendo tormenta tropical, las imágenes de satélite revelaron una pequeña característica que podría significar que la tormenta estaba a punto de intensificarse muy rápidamente. Pero los modelos todavía no mostraban esto, por lo que los meteorólogos continuaron prediciendo que la tormenta sería un huracán más débil.
El medio agregó que las herramientas globales como el modelo de pronóstico estadounidense y el modelo europeo no siempre han sido excelentes para predecir la rápida intensificación de las tormentas y cuando eso ocurre hay un «escenario de pesadilla», como escribió Eric Blake, del Centro Nacional de Huracanes. Ese escenario fue justo lo que se vivió con «Otis».
Posteó en X que «pensó mucho en la palabra pesadilla». Al final, decidió que un sistema que pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 y se dirigía hacia una ciudad importante en menos de un día encajaba en esa descripción. A las 22:00 horas CDT (21:00 horas de la Ciudad de México), el Centro Nacional de Huracanes emitía en X, antes Twitter, la advertencia de que «Otis» impactaría como categoría cinco. «Esta es una situación extremadamente grave para la zona metropolitana de Acapulco. No hay huracanes, que se tenga registro, cercanos a esta intensidad en esta parte de México». Y destacaba que el huracán era «potencialmente catastrófico».
De acuerdo con el Times, incluso cuando «Otis» todavía era una tormenta tropical, había pruebas suficientes para que el gobierno de México hubiera emitido advertencia de huracán para la costa.
El The New York Times indicó que el martes por la noche, con la tormenta claramente acercándose a Acapulco, el centro de huracanes emitió un inusual pronóstico de advertencia. «La rápida intensificación observada hoy ha continuado», escribieron los meteorólogos. «No se prevé que el medio ambiente cambie mucho antes de tocar tierra, y no hay señales de que esta intensificación explosiva se detenga».
Fue una poderosa advertencia para todos los que se encontraban en el camino de que esta tormenta sería mucho más grande y mucho más fuerte de lo que se había esperado incluso un día antes.
El miércoles por la mañana, Otis había tocado tierra como huracán de categoría 5, lo que dejó a muchos preguntándose sobre el destino de Acapulco y también por qué los modelos de pronóstico no habían podido predecir el futuro. Sun
Medios y Científicos Estadounidenses Analizan Fallas por “Otis”
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