Por una CNDH Independiente y Autónoma
Eunice Rendón
Una vez finalizada la etapa de comparecencias ante el Senado de las 48 candidaturas elegibles para presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se habla de 10 perfiles posibles para conformar la terna que será propuesta a votación de los senadores en los próximos días, entre las que se encuentran muy buenas candidaturas como las actuales presidentas de las comisiones de derechos humanos de Durango y de la CDMX.
En el contexto del inicio del nuevo gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, hay mucha expectación en torno a la elección de la nueva presidencia de la CNDH. Son varios los sectores del país que han criticado a la gestión saliente por su indolencia y falta de resultados.
Rosario Piedra mostró en su comparecencia un discurso entre defensivo y confrontativo, en el que criticó fuertemente el rol que tuvo el organismo que preside en periodos anteriores al suyo, y pidió a los senadores que revisen el trabajo de la CNDH en los últimos cinco años con seriedad e imparcialidad. En respuesta a las críticas de legisladores de la oposición, y pese a toda la evidencia disponible, aseguró que en el país no ha habido una militarización, que ya no existen las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones por parte del Estado, y que es falso que exista una crisis de derechos humanos.
Muchos sectores han externado su preocupación sobre la posibilidad de que pueda ser reelegida. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que «la CNDH debe reconstruir su legitimidad a través de acciones firmes», refiriéndose a la indiferencia de la actual gestión. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro-Juárez destacó la falta de pronunciamientos de la CNDH respecto de hechos relevantes, particularmente los que involucran a las fuerzas armadas. Entre 2020 y 2023, de las 1,816 quejas contra la Guardia Nacional y las 1,664 contra la Sedena, la CNDH solo emitió 13 y 26 recomendaciones, respectivamente. Tampoco emitieron acciones de inconstitucionalidad frente a reformas que violaban los estándares internacionales en materia de derechos humanos. Por su parte, funcionarios y exfuncionarios de la Comisión acusan a la administración de Piedra, de desvío de recursos, despidos masivos y nepotismo. E incluso su falta de empatía y diálogo llevó a la renuncia de su Consejo Consultivo.
Esta semana los medios mencionan una pugna interna de Morena en la que un sector, que se dice defensor de la voluntad de AMLO, impulsa la candidatura de la presidenta saliente. Sin embargo, muchos morenistas y buena parte de la oposición no están de acuerdo y respaldan a Nashiely Ramírez, actual presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX.
Conviene al actual gobierno distanciarse de la narrativa divisoria de la administración anterior que estigmatizó a académicos, defensores de DDHH y activistas, para construir una Comisión más fuerte y legítima en beneficio de la población.
Conozco a Nashiely Ramírez desde hace 20 años, cuando coincidimos por primera vez en Ciudad Juárez, ella trabajando por los derechos de niñas, niños y adolescentes en la frontera. Desde entonces y desde diferentes trincheras ha luchado incansablemente en la defensa de los derechos humanos desde la sociedad civil y como funcionaria del Estado. Valoro el enfoque de territorialidad y proximidad de su trabajo, así como su capacidad de articulación, tanto con actores sociales, como institucionales. En su actual gestión abrió delegaciones de la CDHCM en las alcaldías para hacerla más accesible y cercana.
Los tiempos actuales demandan una CNDH estable, firme e independiente. Nashiely es una candidata sólida para asumir la presidencia. Sin duda, su elección podría redefinir el rumbo del organismo, promoviendo el diálogo con los diversos sectores de la sociedad civil que hoy se encuentran marginados, al tiempo de regresar la independencia y credibilidad a tan importante institución. Sun