Marcos T. Águila y Jeffrey Bortz*
En el mundo occidental, los Estados Unidos tienen un sistema peculiar para ejercer el presupuesto público. En primer lugar, la Cámara de Representantes y el Senado deben aprobar el Proyecto de presupuesto a ejercer, como sucede en general; pero, a partir de 1939, en los Estados Unidos el Congreso debe tomar una votación adicional, por separado, para aprobar el límite de la deuda federal.
Los Estados Unidos tienen al mismo tiempo la economía más grande del mundo, y la deuda más elevada del planeta, que son ambas de tamaño parecido, es decir, que la relación deuda/PIB es hoy de algo más del 100% (118%), semejante al porcentaje de Francia, España o Inglaterra.
Si el Congreso estadounidense no aprueba el «techo» de deuda pública, implícita en el proyecto de presupuesto, el gobierno de Estados Unidos ya no puede pedir prestado y debe «cerrar», es decir, debe despedir empleados públicos, y reducir programas esenciales en Salud (como Medicaid y Medicare), Educación, Seguridad, Servicios públicos. Es dudoso que los recortes alcancen al ejército, que en los Estados Unidos es casi sagrado.
En los últimos años, sin embargo, los republicanos a menudo han amenazado con no aprobar el nivel de deuda presupuestado, lo que paralizaría al gobierno. ElonMusk, el sorprendente nuevo «estadista», catapultado por Donald Trump, ha amenazado precisamente con hacer eso para 2025, lo que ha llevado a pensar a muchos que Musk ha desplazado a Trump como presidente entrante, o por lo menos, que gobiernan en sincronía.
¿Quién es el famoso ElonMusk? Para comenzar, Musk puede ser un desconocido en la política, mas no en el mundo de la clase de multimillonarios que crece como una gran ola en países como Estados Unidos o China. Es hoy nada menos que la persona más rica del mundo, con una fortuna de casi medio billón de Dólares, 439 mil millones de Dólares en 2024. Su riqueza se basa hoy en la propiedad de la compañía de automóviles Tesla (unos 14 mil empleados), de la innovadora empresa de viajes al espacio Space X (unos 12 mil empleados), así como otras grandes empresas tecnológicas.
Sus puntos de vista políticos han evolucionado también rápidamente. Él se presenta esencialmente como un tecno-utópico libertario, más o menos en congruencia con sus relaciones de pareja…
Pero el libertario Musk ha procurado alianzas económico-políticas que giran en torno a personajes de la élite conservadora extrema, tales como los jefes de estado GiorgiaMeloni en Italia, NarendraModi en la India, Jair Bolsonaro en Brasil o Javier Milei en Argentina, otro supuesto libertario.
Su cercanía con Trump, entonces, no debería sorprender en absoluto. Tampoco es sorprendente (…) sus afinidades políticas se hayan traducido en pactos en favor del acceso privilegiado a la compra de litio para la producción de baterías eléctricas para Tesla (Brasil y Argentina).
En India, Musk obtuvo de Modi la reducción arancelaria para la venta del modelo más económico de Tesla… obtuvo también privilegios para el acceso al mercado de la red de telecomunicaciones para internet de su empresa Startlink… Mientras tanto, ha obtenido contratos para colaborar con la NASA en diferentes proyectos de su programa espacial.
El libertario, después de todo, mama de las fuentes presupuestales de los Gobiernos, sobre todo, el de los Estados Unidos. De ahí su apuesta por Trump.
…La repentina transformación de Musk en la voz principal en el debate presupuestario (es decir, en las finanzas del país más rico y poderosos del mundo), y su evidente cercanía a un Trump envejecido, sumada a su vasta y creciente riqueza y su encomienda para adelgazar al gobierno, tiene a muchos en Washington especulando quién es el poder detrás del trono.
Quién sabe. A Trump le encanta la publicidad y difícilmente abandonará el centro de atención pública. Lo que es bastante claro es que la ultraderecha conservadora está en el poder y continuará sus esfuerzos para minimizar el Gobierno con el fin de maximizar el control corporativo, particularmente las riquezas personales de Trump y Musk.
Mientras Trump y Musk no rompan su alianza por interés, Musk no sólo es el hombre más adinerado del mundo, sino quizá también el más poderoso político no electo. Su avaricia y su poder convierten a ambos en un riesgo para la seguridad nacional de los Estados Unidos… y el planeta.
*Investigadores de la UAM