Estados Unidos y Venezuela atraviesan un pico de confrontación política y militar en agosto de 2025. Washington acusa a Nicolás Maduro de narcotráfico y terrorismo; Caracas habla de amenazas de intervención.
Estados Unidos ofrece 50 millones por el Presidente de Venezuela.
El 7 de agosto, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, elevó la recompensa por información que lleve al arresto de Maduro a 50 millones de Dólares.
El 14 de agosto, el senador republicano Bernie Moreno, en Cartagena de Indias, afirmó que Maduro no seguirá en la Presidencia en diciembre y respaldó la recompensa.
Dijo que “Venezuela se merece un líder que se preocupe por su gente” y que tratarán a los “terroristas” con mano dura.
Confiscaciones a Maduro por más de 700 millones de Dólares.
El 13 de agosto, Bondi informó en Fox que Estados Unidos confiscó activos de Maduro por más de 700 millones de dólares: dos aviones, varias mansiones (en República Dominicana y Florida), una granja de caballos, nueve vehículos, joyas y efectivo.
Washington sostiene que Maduro lidera el Cartel de los Soles; el ministro venezolano Diosdado Cabello lo negó y calificó ese cartel como un “invento” de Estados Unidos.
Despliegue de buques de Estados Unidos en el Caribe.
El 19 de agosto, la Casa Blanca señaló que Estados Unidos está listo para “usar todo su poder” contra el flujo de drogas hacia su territorio, en medio de reportes sobre tres buques con 4,000 soldados cerca de Venezuela.
El 20 de agosto, la portavoz KarolineLeavitt reiteró la disposición de Washington a frenar el narcotráfico y llevar a los responsables ante la justicia, pero no confirmó el despliegue.
La Administración mantiene la línea de presión que incluye designar carteles como organizaciones terroristas y reforzar la frontera sur.
Colombia reacciona a la tensión en la frontera.
El 19 de agosto, el presidente Gustavo Petro advirtió que una invasión de Estados Unidos a Venezuela convertiría a ese país en “otra Siria” y arrastraría a Colombia a un conflicto.
El 20 de agosto, el expresidente Álvaro Uribe apoyó la recompensa de 50 millones y consideró legítima la acción contra el “narcoterrorismo” de Maduro.
El Gobierno colombiano aclaró que no existe un acuerdo militar con Venezuela.
DEA, China y la ONU entran en escena.
El 21 de agosto, el director de la DEA, Terry Cole, acusó a Venezuela de colaborar con el ELN y de enviar “cantidades récord” de cocaína a carteles mexicanos que operan hacia Estados Unidos.
Ese mismo día, China rechazó cualquier patrullaje que viole la soberanía de Venezuela y pidió respeto a la Carta de la ONU. El secretario general, AntónioGuterres, llamó a resolver las diferencias por vías pacíficas.
Alerta de viaje y posición política de Washington.
El 21 de agosto, la Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela recordó la advertencia de no viajar ni permanecer en el país, vigente y actualizada en mayo de 2025, por riesgos de detenciones, terrorismo, secuestros y disturbios.
Estados Unidos reconoce como presidente electo de Venezuela a Edmundo González Urrutia, de la Plataforma Unitaria Democrática. El Comercio
Los buques destructores que EEUU ordenó desplegar cerca de las costas de Venezuela.
Según informaciones reunidas por la agencia internacional de noticias Reuters, las embarcaciones en cuestión son el USS Gravely, el USS JasonDunham y el USS Sampson, los cuales están equipados con el sistema de combate Aegis. Así es cómo funciona.
Estas embarcaciones cuentan con el sistema de combate Aegis, un sistema de combate multimisión que reúne una amplia gama de sensores y armas para proporcionar defensa aérea y antimisiles integrada y simultánea, según detalla Lockheed Martin.
Se trata de un sistema de armas integral, que permite desde la detección hasta la destrucción de objetivos.
De acuerdo a la Armada estadounidense, “el núcleo del sistema es el AN/SPY, un avanzado radar multifunción de matriz en fase con detección y seguimiento automático”.
“Este radar de alta potencia puede realizar funciones de búsqueda, seguimiento y guiado de misiles simultáneamente, con una capacidad de seguimiento de más de 100 objetivos”.
La Armada estadounidense asegura que la interfaz de este sistema permite que pueda realizar operaciones simultáneas contra “amenazas multimisión: guerra antiaérea, antisuperficie y antisubmarina”.
El grupo de expertos con sede en Estados Unidos, MissileDefenseAdvocacy Alliance (MDAA), precisa que los buques de guerra Aegis pueden equiparse con misiles SM-3 y SM-6, y que sus características les permiten combatir “amenazas balísticas en las fases de medio y terminal, ampliando su alcance de intercepción alejándose de los centros de población”.
El director del Programa Aegis del Centro de Guerra de Superficie Naval División Dahlgren (NSWCDD, por sus siglas en inglés), Nicholas Fronzo, explica que “una vez identificada una amenaza, Aegis calcula los puntos de intercepción y dirige sus armas con precisión milimétrica”.
“En escenarios donde la velocidad es esencial, Aegis automatiza tareas críticas, lo que permite tiempos de respuesta en segundos”.
Es por esto, dijo Fronzo, que “la flota Aegis sirve como la primera línea de defensa de los portaaviones de la Armada de Estados Unidos, lo que les permite proyectar su potencia de forma segura”. La Tercera
