El regional mexicano vive uno de sus mejores momentos: se escucha en territorios donde antes no figuraba, se codea en los charts de Spotify con el pop global y gana premios que hace unos años parecían inalcanzables para el género.
Pero mientras eso ocurre, otro fenómeno avanza, al menos en México: el miedo. Conciertos cancelados por amenazas, mantas intimidatorias firmadas por grupos criminales y ajustes en los setlists de último momento han reconfigurado la escena en los últimos años.
Ante este panorama, a Carín León sí le inquieta el clima de inseguridad que rodea al regional mexicano. Aunque a él no le ha tocado, sabe que otros colegas —como Peso Pluma, Fuerza Regida o Natanael Cano— no han corrido con la misma suerte. “La seguridad del país nos preocupa a todos como mexicanos. Es triste ver que la música, que no debería ser más que para pasarla bien, también se vea afectada por esto”, reconoce el cantante.
Pero la tensión no sólo viene de fuera; también hay institucional. En estados como Sinaloa, Chihuahua o Baja California, las autoridades han prohibido o condicionado conciertos que incluyan narcocorridos, bajo el argumento de que promueven la violencia o glorifican al crimen organizado. SUN
Carín León: Apagar la Música no es la Solución
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