*DESTACÓ QUE EL PRESIDENTE HA DICHO QUE VA A LIMPIAR LA DEPENDENCIA FEDERAL DE ARRIBA HACIA ABAJO, PERO ES NECESARIO AGILIZARLA PORQUE LA PODREDUMBRE ESTÁ EN TODOS LADOS, PRINCIPALMENTE EN LOS NIVELES BAJOS DEL INM AFIRMO.
Tapachula, Chiapas; 31 de Enero.- El Instituto Nacional de Migración (INM) es un cártel que debe ser limpiado, porque está infiltrado, “por mí ya le habría prendido un cerillito, porque no tienen remedio”, afirmó el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, director de Hermanos en el Camino.
Entrevistado en esta ciudad al concluir su ponencia Derechos Humanos y Caravana, señaló, “creo que la política de Estado está en transformación, no es fácil hacerlo porque el epicentro de las políticas públicas en tema migratorio lo maneja el INM, que es el brazo operativo de Gobernación, entonces no es fácil hacer los cambios con apenas dos meses de gobierno, no es posible hacer un cambio drástico de la parte crítica, la más infiltrada”.
Destacó que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que va a limpiar de arriba hacia abajo, pero es necesario agilizar la limpieza abajo, porque hay muchas manos, hay que ver cómo se puede limpiar la podredumbre que hay en los niveles bajos.
Recomendó a las autoridades hacer caso de las políticas públicas y operarlas con la participación de activistas, defensores de derechos humanos, con las casas del migrante, porque son los que tienen muchos años haciendo el trabajo y cuentan con mucha información sobre la problemática en materia migratoria.
“Me he encontrado con funcionarios del INM que tienen apenas mes y medio de haber entrado y de migración no saben nada, porque son cargos políticos, y lamentablemente no tomaron en cuenta a las casas de migrantes y a los defensores que conocen de la problemática que prevalece, que bueno que están tratando de meter a personas honestas, está bien y al menos Comisionado de Migración es un académico, pero desconoce de lo operativo, se necesita de alguien que conozca a fondo la problemática que prevalece al interior de ese organismo y combatir lo que no sirve”, añadió.
Señaló que el presidente Andrés Manuel López Obrador conoce la situación que prevalece, las autoridades tienen que ponerse las pilas para realizar una buena limpia, sé que tienen voluntad, “y al menos el año pasado nos partimos el alma más de 180 organizaciones de la sociedad civil para presentar propuestas de políticas públicas que deberían de ser tomadas en cuenta, entiendo que son dos meses y sobre todo siendo el INM una entidad tan crítica, que está tan infiltrada, no es una tarea fácil”.
Respecto a las tarjetas que está expidiendo la Instituto Nacional de Migración para que los migrantes ingresen a territorio mexicano y puedan conseguir un empleo, dijo que debe de ser un programa de manera permanente.
Se pronunció en contra de aquellas acciones que criminalizan a los migrantes al decir que vienen a desplazar a la mano de obra de los mexicanos, toda vez que “durante el primer éxodo encabecé a un grupo de 2000 migrantes, a quienes registré por nombre, nacionalidad, estudios y si sabían algún oficio y pude darme cuenta que existe mucho trabajo en distintas entidades del país y no sólo fueron contratados muchos migrantes que hasta la fecha están laborando en diversas empresas y maquiladoras, sino también muchos mexicanos que por una u otra razón no habían podido conseguir un empleo, lograron obtener uno”.
Al preguntarle respecto a los presuntos actos de violencia en los que se podrían ver inmiscuidos los migrantes, señaló que la violencia es un problema de salud pública y quien se vea inmersa en un hecho, a esa persona se le debe llevar a un reclusorio donde haya la formación adecuada que no tuvo y darle estudio, trabajo y una alimentación espiritual para que después salga y se incorpore a la sociedad; “esas personas que son un peligro, que son las menos, necesitamos convertirlas en personas positivas, en una ciudadanía incluyente, lo cual no es fácil”.
Informó que también necesitan llevarse a cabo acciones de manera conjunta con los países de origen, para que hagan una instancia de rehabilitación de sus jóvenes. EL ORBE / Rodolfo Hernández González