* TRAFICANTES FALSIFICAN ARETES DE IDENTIFICACIÓN EN EL GANADO, PARA HACERLOS PASAR COMO LEGALES Y PODER INTRODUCIRLOS A MÉXICO.
* DECENAS DE ABIGEOS OPERAN EN RASTROS CLANDESTINOS A LO LARGO DE LA COSTA DE CHIAPAS, DENUNCIAN GANADEROS.
Tapachula, Chiapas; 08 de Noviembre del 2020.- El contrabando de ganado porcino y vacuno desde Guatemala a Chiapas no sólo se ha incrementado, sino que pone en riesgo la salud de los mexicanos, luego de que gran parte de esa carne se está enviando en el país.
Se cree que son cientos de animales que podrían estar entrando e manera ilegal a territorio mexicano y, en cuestión de minutos, los «convierten» en «nacionales», ya que les colocan identificaciones en las orejas (llamados aretes).
Estos son conseguidos por los traficantes, quienes a su vez roban la identidad de productores mexicanos para gestionar las etiquetas de manera ilegal ante el Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado, (Siniiga).
De acuerdo a las denuncias presentadas ante las autoridades, a una sola productora chiapaneca le falsificaron sus documentos para obtener 679 aretes en menos de dos meses,
Mientras, los ganaderos de Tapachula se enfrentan a dos grandes problemas: primero, el bajo precio, debido a la introducción clandestina procedente de Centroamérica y, segundo, el traslado de reses sacrificadas a Tapachula, procedente de rastros de traspatio de poblaciones cercanas.
Julio César Herrera Toledo, en voz de un grupo de ganaderos locales, aseguró en entrevista para EL ORBE que ninguna autoridad pone orden en esos problemas.
Eso, dijo, afecta de manera directa a la economía de la ganadería de Chiapas, ya que producir lleva tiempo y resulta que, a la hora de vender, se topan con esos problemas.
Explicó que la producción de reses en la Frontera Sur de Chiapas se ve afectada por el precio, ya que al haber demasiado ganado procedente de Centroamérica, al local no lo pagan bien, sino mucho más barato, o sencillamente, no lo compran.
El ganado que procede de contrabando de Guatemala, según abundó, entra a México de manera ilegal, ya que en estos momentos no hay permisos de importación. Además, esas reses entran sin ningún control y regulación sanitaria.
Son los productores engordadores quienes compran esas reses procedentes de Centroamérica, el cual adquieren a precios muy bajos, las fortalecen y luego las llevan al interior del país, lo que les resulta un negocio redondo, sostuvo.
Esa acción daña a los ganaderos locales, porque producir un animal lleva bastante tiempo. Para que una novilla entre en celo, tiene que pasar dos años y lo mismo si se trata de animal de engorda.
Por otro lado, aseguró que otro problema grave es el traslado de reses sacrificadas en rastros clandestinos en poblaciones de la Costa, en cuya acción están involucradas las autoridades, entre ellas los distintos cuerpos policíacos, quienes no actúan para aplicar la ley. EL ORBE / Nelson Bautista