Tapachula, Chiapas; 12 de agosto de 2020.- Luego de que no pudieron trabajar las jornadas normales por el efecto de la pandemia del coronavirus, este año los productores de aceite de palma africana ya tienen pérdidas en alrededor del 40 por ciento.
Así lo informó en entrevista para EL ORBE el presidente de la Asociación de Productores de Palma Africana, Hugo Damiano.
Señalo que, en esta ocasión, las extractoras de aceite no estuvieron laborando normal debido a lo de la pandemia, además de que los productores no podían salir de sus viviendas -por las mismas causas- para atender sus sembradíos y por eso no alcanzaron un mayor porcentaje en la cosecha.
“Lamentablemente el perdedor en este caso fue el propio productor, quien perdió la mitad de su cosecha, por lo que hacemos un llamado al gobierno federal para que, de alguna forma, otorgue apoyos al cultivo de la palma africana y resarcir las pérdidas”, manifestó.
Asimismo, que debe haber un fondo de rescate para aplicarlo, como en este caso, porque ni el gobierno federal, las extractoras o los productores tuvieron la culpa de la pandemia,
Por otro lado, denunció que en Ciudad Hidalgo se pueden ver las pipas con aceite de palma africana que ingresa de Guatemala a México, lo que constituye una competencia desleal para los productores de la Costa de Chiapas.
Aparte, habría que ver si es legal el ingreso de ese producto a México y su calidad. Pero de lo que sí están ciertos es que eso hace que bajen los precios para la producción en la región costera.
Aseguró que, hasta este momento, no cuentan con ningún apoyo por parte del gobierno federal. Por el contrario, denunció que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) los trae cortos y los vigila hasta por cualquier simple papel.
Abundó que esos apoyos se podrían traducir, como el riego -por ejemplo-, para poder disminuir los efectos del período del estiaje y mejorar la producción.
Remató diciendo que hace dos años tuvieron problemas con el cambio climático, y ahora que esperaban recuperarse con una mayor producción, resulta que llegó la pandemia y arruinó la esperanza porque ya no pudieron trabajar al cien por ciento. EL ORBE / Nelson Bautista