Ciudad de México, 1 de junio.-Miles de obreros, comerciantes establecidos y vendedores ambulantes reanudaron este lunes sus labores en las principales ciudades del país en el inicio de la llamada «nueva normalidad», en el marco de la pandemia por Covid-19 que afecta a México y el mundo.
El ruido y el bullicio regresó a las calles, que se habían quedado solas desde mediados de marzo pasado, cuando inició lo que el gobierno federal denominó la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Desde las 7:00 horas, en León, Guanajuato, cientos de obreros de la industria del calzado dejaron el confinamiento en sus casas y se formaron en una fila afuera de las fábricas del Fraccionamiento Industrial Julián de Obregón.
Los patrones dedicaron parte del lunes a presentar los protocolos de seguridad sanitaria, de acceso seguro y para fijar los horarios de trabajo escalonados para evitar concentraciones en los talleres.
El movimiento en la zona industrial comenzó pasadas las seis de la mañana, con la instalación de puestos de tamales, café, atole, jugos, churros, tortas, tacos y dulces.
Reina la confusión. En Guadalajara la gente se volcó a las calles en el primer día de la «nueva normalidad»; sin embargo, la confusión y la desinformación fueron la constante para los comerciantes.
Abren parques, cierran parques. Deseosos de salir a la «nueva normalidad», cientos de residentes del municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León —donde se registraron algunos de los primeros casos de Covid-19 en el país—, tomaron sus autos y se enfilaron hacia el Parque Ecológico Chipinque, donde eran recibidos sólo quienes tenían reservación previa y no más de tres personas por vehículo.
Pero a las 10:00 horas, el personal del parque recibió instrucciones de cerrar los accesos a nuevos visitantes, pues el gobierno estatal decidió que caminar por el lugar no se trataba de una actividad esencial.
En Monterrey las cosas son diferentes. El mayor movimiento de personas se observó en el centro de la ciudad con la apertura de negocios no esenciales, como juguetes, utensilios de cocina, ropa, hasta muebles y aparatos electrónicos.
Salieron a la calle en mayor cantidad vendedores de frituras, golosinas y taqueros. El problema fue en el transporte, en donde hubo concentraciones y no se cumplió la sana distancia.
Llenan las calles. En Morelia, Michoacán, desde temprana hora las calles y avenidas se volvieron un caos vial y peatonal.
Los bancos se atiborraron de cuentahabientes que formaron filas de hasta dos cuadras. Los establecimientos de comida y comercios también reabrieron sus puertas, aunque sólo algunos con las medidas sanitarias recomendadas.
Las tiendas departamentales de los centros comerciales también recibieron a sus primeros clientes, después de dos meses y medio de inactividad, y fue con medidas extremas: nadie entra sin cubrebocas y sin haberse aplicado gel antibacterial ante los ojos del personal.
La población sin cubrebocas es proporcional a la que lo utiliza, a pesar de que las autoridades sugieren su uso. Unos dicen que no tienen temor del contagio, y otros aceptan que «la vida debe continuar».
Maquilas buscan trabajadores. Alrededor de 500 maquiladoras reactivaron sus producciones en Baja California y con ello también la urgencia de recuperar parte de los más de 20 mil empleos perdidos. Sun