*A Causa de los Estragos de la Pandemia.
Tapachula, Chiapas; 19 de junio del 2023.- Los poco más de dos años que la pandemia del Covid-19 obligó a la población a permanecer en contingencia al interior de sus viviendas dejó graves consecuencias económicas y secuelas en la salud, como las cardiacas que ahora se han detectado en la comunidad estudiantil en menores de edad en Chiapas.
Jorge Antonio Vázquez Marroquín, director del Centro Cardiológico de Tapachula, dijo en entrevista para el rotativo EL ORBE que la situación que enfrenta la comunidad estudiantil ante los efectos de la pandemia, que en su momento provoco rezago de aprendizaje, y que en estos las cargas de tareas en busca de recuperar de alguna manera ese aprendizaje, provoca ahora enfermedades.
Como daños colaterales enumeró al estrés y la ansiedad, «que se refleja en la salud como una situación de angustia, de inadaptación al medio social, escolar y familiar; «y eso provoca trastornos desde problemas de ácido pépticos, colitis, alteraciones en las evacuaciones, y cardiológicamente con aumento de la frecuencia cardíaca y palpitaciones.
Asimismo, que niños que iban a ser hipertensos después de los 30 años, empezaron a presentar cifras tensionales limítrofes altas para menores de edad.
«Hemos empezado a encontrar presiones sanguíneas de 130 a 90, 140 a 80 en niños desde 12 años de edad, que todavía no se les puede llamar hipertensos pediátricos, pero están en la línea limítrofe, y podría tener una relación con una inadaptación al sistema escolar normal», señaló.
Entre las recomendaciones señaló realizar un cambio de estilo de vida, «donde los padres y sus maestros reconozcan el problema, y que ayuden con acciones extracurriculares y no haya exceso de tareas, porque no sé si la Secretaría de Educación o son arreglos nada más en algunas escuelas para llenar de actividades a los estudiantes, y ese exceso también causa un estrés»
La acumulación de problemas también causa deserción escolar, agregó, «y con ello los trastornos de salud, como la gastritis, esofagitis, colitis, pérdida del sueño y cardiológicamente, alteraciones de la tensión arterial y del ritmo cardíaco, taquicardias, paroxísticas nocturnas, falta de aire, angustia, desesperación, inadaptación, entre otros.
«Los tenemos que ayudar desde el punto de vista cardiológico, con medicamentos antiarrítmicos y en los hipertensivos habría que pensarlo muy bien, antes de eso, cambio de estilo de vida, disminución de la sal en su dieta diaria, si están pasados de peso, ayudar a reducir pastas, harinas y grasas, ejercicio, entre otros», indicó..
Calculó que tienen éste año un incremento de alrededor de un 10 por ciento de niños y jóvenes con problemas de salud producto de ese desfase de educación de la generación post Covid, «y no nos queda más que ayudar como padres, familia y sociedad. Tenemos que unirnos todos para sacarlos adelante», puntualizó. EL ORBE / JC





