Sara Cantera
A un año y cuatro meses de su inauguración, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no termina de despegar, pues no logra mantenerse entre los 10 principales aeropuertos del país y tampoco cumple con la función de aliviar la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La terminal de Santa Lucía, Estado de México, fue concebida como una alternativa al congestionamiento de operaciones aéreas que enfrenta el aeropuerto capitalino desde 2014.
La idea original es que el Sistema Aeroportuario Metropolitano, conformado por el AIFA, el AICM y el Aeropuerto Internacional de Toluca, pudiera soportar el aumento de operaciones en el Valle de México tras la cancelación del proyecto de Texcoco.
Sin embargo, el Benito Juárez sigue recibiendo a un mayor número de pasajeros, aunque sus operaciones aéreas están limitadas en horas pico.
El año pasado, el Felipe Ángeles transportó a 912 mil 415 pasajeros, mientras que de enero a mayo de 2023 recibió a 918 mil 900 viajeros, superando ya el nivel de todo 2022.
No obstante, el AICM movió a 46.2 millones de pasajeros en 2022 y, de enero a mayo, ha manejado a 13.2 millones de viajeros, 7% más que en el mismo periodo de 2022, según cifras del aeropuerto.
Esto significa que el AIFA recibe sólo 1.8% de los viajeros domésticos y 0.2% de los pasajeros internacionales, de acuerdo con cifras de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
El AIFA no ha logrado aliviar la saturación del AICM por varias razones. La primera tiene que ver con la conectividad, pues el Felipe Ángeles se inauguró cuando todavía no estaba lista toda la conexión carretera y el Tren Suburbano sigue sin llegar hasta la terminal.
Será hasta el primer trimestre de 2024 cuando inicie operaciones el ramal del Suburbano a la terminal mexiquense, debido a las afectaciones en su construcción por conflictos sociales y el retraso en la asignación de recursos.
Rogelio Rodríguez, titular de posgrado de la Cátedra de Derecho Aéreo y Espacial de la Facultad de Derecho de la UNAM, opina que el sistema de aeropuertos no funciona porque el de Toluca está subutilizado por falta de rutas y el AIFA se ve afectado por la distancia para llegar a la Zona Metropolitana del Valle de México.
Además, la prolongada situación de la degradación a Categoría 2 en seguridad aérea impide a las aerolíneas abrir nuevas rutas hacia Estados Unidos también desde el AIFA.
Por lo tanto, el Benito Juárez continúa enfrentando problemas de saturación en sus instalaciones, aunque tenga menos operaciones, porque las aerolíneas al verse limitadas han optado por usar aviones más grandes.
Carlos Torres, analista de aviación y turismo, dijo previamente que, ante el recorte de slots, es decir, horarios de despegue y aterrizaje, las aerolíneas optan por utilizar equipos de mayor capacidad. «Usas el mismo slot, pero con más pasajeros. Las tres aerolíneas nacionales: Volaris, Viva Aerobus y Aeroméxico marcadamente están utilizando aviones con más capacidad de asientos para maximizar sus horarios. Es un fenómeno extraño porque se recorta la operación, pero seguimos viendo el aeropuerto lleno», explicó. Sun