*A Través de Estancia Infantil Temporal.
Tapachula, Chiapas; 18 de Diciembre de 2025.- Más de 500 niñas, niños y adolescentes en contexto de movilidad migratoria encontraron, durante 2025, un espacio de protección, aprendizaje y acompañamiento educativo en la Estancia Infantil Temporal para Niños y Niñas en Movilidad, ubicada en la contraesquina del antiguo Internado Número 11, en Tapachula.
Como cierre de un año de intenso trabajo, el centro celebró este jueves su tradicional posada navideña en la que participaron 25 menores que actualmente reciben atención.
Gabriela Rueda Pérez, coordinadora de la estancia, informó que los menores atendidos provienen de diversos países como Venezuela, Honduras, El Salvador, Haití, Brasil e incluso Afganistán, quienes permanecen en Tapachula mientras resuelven su situación migratoria.
Uno de los principales logros del año fue la incorporación de 120 niñas y niños al sistema de educación formal, tras recibir procesos de nivelación académica en la estancia. En este espacio se imparten talleres de lectura, escritura y matemáticas básicas, lo que facilita su integración escolar.
“Recibimos a menores que, por distintas circunstancias, no han podido inscribirse en una escuela. Aquí fortalecen sus conocimientos para continuar su camino, ya sea hacia otros Estados del país o para integrarse de manera formal al sistema educativo mexicano”, explicó.
El funcionamiento de la estancia es posible gracias al apoyo de organismos internacionales y asociaciones civiles. UNICEF y EverywhereSchool contribuyen con la entrega de kits de higiene personal y la capacitación continua del personal educativo, mientras que la organización Tierra Verde impulsa actividades de educación ambiental, reciclaje y elaboración de compostas.
Además, la Secretaría de Educación Pública facilita una unidad de transporte que permite el traslado de los menores desde distintos albergues y puntos de concentración, como el Parque Bicentenario, hasta las instalaciones del centro.
Subrayó la importancia de informar a la población sobre la verdadera función del lugar, anteriormente conocido como internado.
“No somos un internado ni un espacio donde se separa a los niños de sus familias. Somos un entorno seguro, de cuidado y aprendizaje, donde los padres pueden tener la certeza de que sus hijos están protegidos y en un ambiente sano”, puntualizó. EL ORBE/Nelson Bautista





