viernes, abril 19, 2024
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ALFIL NEGRO

“No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad del Padre” (Mateo 7:21)

Ni Para Atrás, ni Para Adelante
Oscar D. Ballinas Lezama

A once días de recibir el ‘año de la rata’, según el calendario chino, los demonios andan sueltos en todo el planeta, el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar; según la Biblia, la lucha que la humanidad está sosteniendo no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra las huestes espirituales de la maldad.
La verdad es que a la mayoría de las personas les está yendo como en feria, sobre todo en países del tercer mundo en los que hasta el más chimuelo masca fierro y el más pelón se hace trenzas; la madre naturaleza sigue cobrándose la factura por la contaminación criminal del medio ambiente y genera el calentamiento global.
México está resintiendo una de las etapas más difíciles de su historia, no solamente por las consecuencias que provoca el cambio climático, sino por la pobreza extrema en que viven más de 60 millones de sus habitantes, amén de la falta de fuentes de trabajo y la inseguridad que prevalece a lo largo y ancho del país azteca.
El sol no se puede tapar con un dedo, una cosa es que los gobernantes y sus funcionarios estén haciendo la lucha por mejorar las condiciones de vida, y otra es que en realidad hayan avanzado lo suficiente como para echar las campanas al vuelo.
No se puede soslayar los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien día a día informa sobre sus actividades en las mañaneras, quizás algunos no les guste su forma de gobernar y ven moros con tranchetes en todo lo que el político tabasqueño hace o deja de hacer.
Para nadie es secreto que durante décadas en que gobernaron los del PRI y los del PAN, a los mexicanos les fue muy mal y la pobreza creció al igual que los problemas sociales; la inseguridad es un tema que siempre ha permeado, aunque al ‘Señor de Macuspana’ le tocó bailar con la más fea, porque este flagelo del crimen organizado ha tomado mucha fuerza.
Quizás uno de los problemas que está agudizando la desconfianza de mucha gente, quienes pensando que López Obrador era un Mesías, el hombre con la varita mágica para hacer milagros, hoy se sienten defraudados porque ya se dieron cuenta que gobernar un país no era solo de ‘enchílame las tortas’, sobre todo cuando la mayoría de sus exgobernantes y exfuncionarios de los tres niveles de Gobierno, privilegiaron los actos de corrupción y abuso del poder.
Sacar a México y sus habitantes del empantanamiento político, económico y social no va a ser trabajo de uno o seis años; Roma no se hizo en un día, aunque los sueños del actual Presidente de los aztecas sea convertirse en Jesucristo para levantar un muerto a los tres días; sin embargo, uno de sus grandes méritos es tener esa voluntad y confianza de que cuando se quiere se puede, que se logre hacer en el tiempo y como él (el Presidente) lo desea, es otro cantar, porque del dicho al hecho siempre hay un gran trecho.
El Ejecutivo nacional deberá ponerse muy trucha porque todo mundo está tratando de llevárselo al baile y culpándolo de todos los males, hay muchos intereses de por medio, y él lo sabía, por lo que va tener que aprender a montar y aguantar los reparos de una mula muy arisca; considerando que en la Cuarta Transformación no son todos los que están, ni están todos los que son; lo demostraron varios de los Gobernadores que se le pusieron al brinco y no asisten a las valuaciones de seguridad, argumentando que solo sirve para perder el tiempo.
Los panistas aprovechan cualquier error de la actual administración federal para echarle más tierra al gobernante que los confronta cada día en las mañaneras, los pone como palo de gallinero y sólo bonitos no les dice, lo que ha provocado un ambiente de dimes y diretes que han pasado a ser como un circo romano, donde el pan brilla por su ausencia.
Marco Cortés Mendoza, dirigente en México del Partido Acción Nacional, aprovecha cada oportunidad que tiene para aventarle lodo a López Obrador y con ello, tratar de llevar agua a su molino. “Las principales causas de la inseguridad son los delitos federales, como el narcotráfico, el secuestro y las extorsiones, el Gobierno se lava las manos, son momentos en que México vive el año más violento, echándole la culpa a los gobernadores”, argumentó el líder panista.
Explicó que la Constitución y el Código Penal Federal establecen con claridad la responsabilidad del Gobierno de la República Mexicana en este tipo de delitos, sin embargo, los resultados han sido pésimos y están a la vista, refirió, Cortés Mendoza.
“De nada han servido sus mañaneras para bajar los secuestros ni las extorsiones, se supone que para eso son las reuniones de coordinación, pero los malos resultados están a la vista, echarle la culpa de la violencia a los gobernadores es un recurso viejo y, al mismo tiempo una perversidad política”.
Más adelante, el dirigente del partido Acción Nacional hizo acusaciones temerarias, entre ellas, que el fin de la guerra al narcotráfico y la orden de dejar pasar y hacer a los narcotraficantes, no es ocurrencia de los Gobernadores, sino del Ejecutivo, quien supuestamente también ordenó el fin del decomiso de las drogas.
Marko Cortés Mendoza, culminó diciendo: “El gobierno nunca asume su fracaso, ni sus errores de cálculo, ni del diseño de sus estrategias, así como tampoco de sus malas operaciones tácticas, para el Gobierno todos son culpables menos el propio gobierno, que tiene el deber de usar la fuerza y garantizar la seguridad”, afirmó.
En los Estados Unidos de Norteamérica, el ‘Rey del norte’ Donald Trump, se encuentra al centro del torbellino político que está a punto de llevarlo al patíbulo y podrían desaforarlo, difícil pero no imposible; será en Enero próximo cuando el escándalo continúe.
Mientras tanto, la inseguridad en el Soconusco parece no tener fin, por lo que es urgente echar andar las videocámaras, los retenes y los operativos para la despistolización, la gente ya no aguanta y se ha empezado a defender como pueden, las diversas corporaciones policiacas aún no pueden con el paquete.
Que bueno que ya aumentó 20 Pesos el salario mínimo, el cual nadie gana eso porque se moriría de hambre, el daño colateral del miserable aumento es que ahora aumentan sus precios los servicios y productos; por lo que salió peor la medicina que la enfermedad.

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