Gerardo Melín
Gerardo Martino ha mostrado su hartazgo de la prensa mexicana y todo lo que se dice y sucede alrededor de su equipo, en especial de su trabajo.
Es evidente que lo único que desea es que eliminen a México en el Mundial, para tomar el primer vuelo a su país y olvidarse de lo que vivió. El Tata, hasta ahora, nos ha quedado a deber, y quién sabe si le alcance para pagarnos.
En casi cuatro años, no pudo encontrar un funcionamiento decente, digno, para competir y ganar. Martino no vio más allá de sus narices, prefirió acomodarse con los que «ya estaban», en lugar de montar un buen seguimiento a futbolistas, para tener una mejor Selección.
No movió gran cosa y, si lo hizo, fue más por presión mediática que por gusto. El técnico no renovó nada, salvo su guardarropa y cuenta bancaria. Pasó más tiempo en Argentina que en México. Todo le han solapado en la Federación Mexicana de Futbol, desde sus largas ausencias hasta poner en riesgo la clasificación.
Se tuvo que haber ido desde las humillantes derrotas contra Estados Unidos o Canadá, pero le tembló la mano a Yon de Luisa, echando siempre por delante el argumento de que el técnico está para clasificar al Mundial.
Entre los pecados de Martino está haberle entregado su palabra a Funes Mori para llevarlo a la Copa del Mundo; de ahí, la insistencia de aguantarlo. Gran favor le está haciendo Raúl Jiménez, pues la lesión que trae en el pubis y puede dejarlo fuera de la lista, es el argumento perfecto para subir a su compatriota.
Martino lleva jugadores a la Selección para recuperarlos, física y mentalmente, en lugar de explotar sus cualidades. El tema del «Chicharito» será otro lastre que cargará de por vida. Jamás habló claro de su negativa para convocarlo. Hernández anda encendido con el Galaxy y se da el lujo de ignorarlo.
Martino, el autollamado «enemigo público número uno de México», está a unas semanas de cumplir el sueño de no ser más el técnico de nuestra Selección. Ojalá en el Mundial sea un buen guía, lo deseamos por México. Después, que le vaya bien y venga un mejor proceso, porque este ha sido mediano y frustrante. Sun