Antonio Hernández
El gasto que se destina al pago de pensiones es cada vez más insostenible y condena a los trabajadores jóvenes a mantener a los jubilados en el largo plazo, debido principalmente al envejecimiento de la población.
La Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) proyecta que 2.8 trabajadores mexicanos deberán mantener la pensión de un jubilado para 2050 y 1.3 lo tendrán que hacer en 2100.
«Asia y Latinoamérica envejecerán muy rápidamente en los próximos años. De hecho, Latinoamérica pasará a ser la región más longeva del mundo junto a Europa en 2100. Dentro de 80 años más, hacia 2100, todos los países de la muestra tendrán tasas de dependencia cercanas a uno, es decir, cerca de un trabajador tendría que financiar la pensión de un jubilado», explicó el organismo en el texto Impacto de los cambios demográficos sobre los sistemas de pensiones de reparto: Análisis internacional.
De acuerdo con el Paquete Económico 2023, presentado hace unas semanas por la Secretaría de Hacienda, el Gobierno Federal destinará al pago de pensiones 1.7 billones de Pesos, lo que equivale a una quinta parte del presupuesto total.
La presión en el gasto del Gobierno obedece al sistema de pensiones de beneficio definido, las cuales recaen sobre recursos presupuestales y que, para 2023, tiene un aumento de 21.4%.
En el caso de México, gran parte del pago de estas pensiones, conocido como sistema de reparto, se destinan a trabajadores del Gobierno, Pemex, CFE y otras entidades gubernamentales, en el que el gran grueso de beneficiarios se encuentra dentro de la llamada Ley del 73 y que, por su impacto en las finanzas públicas, provocó que en 1997 entraran en operación las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), en el que la pensión depende de cuánto ahorro logre el trabajador sin depender de recursos del Gobierno.
«En los sistemas de pensiones de reparto, las cotizaciones de los trabajadores activos se utilizan para pagar las pensiones de los jubilados actuales, por lo que su funcionamiento dependerá de cuántas personas en edad de trabajar existen por cada persona en edad de jubilación», señaló el documento del FIAP.
Ante esta situación, la entidad internacional indicó que, en el caso de México y otros países de la región, se necesitaría aumentar la tasa de cotización para volver viable el pago de pensiones con al menos 70% del último salario de los trabajadores. Así, en 2050, tendría que llegar a 25.1%, lo cual es insostenible.
«En Latinoamérica en promedio se necesitaría una tasa del orden de 25%. Al considerar que la informalidad en Latinoamérica es de más de la mitad de la fuerza laboral, se tiene que las tasas de cotización en la región deberían ser mayores y con un gasto significativo estatal para financiar el sistema de pensiones no contributivo», explicó.
El FIAP resaltó que estas tasas de cotización no pueden ser alcanzadas en la realidad, y aun si lo fueran, aumentarían enormemente la evasión e informalidad, exacerbando los problemas de financiamiento de los sistemas de pensiones. Por lo tanto, los países recurrirían a otros mecanismos como aumentar la edad de jubilación o disminuir fuertemente otros beneficios.
En opinión del director de retiro en AON para América Latina, Moisés Pérez, si bien el esquema de Afores revertirá la tendencia, ya que al paso del tiempo cada vez más trabajadores pagarán su pensión con sus ahorros, aún se deberán atender a jubilados del esquema de reparto más viejos y en consecuencia demandarán altos recursos.
«Vas a mantener gente que no va a vivir 10 años jubilados. Habrá gente que puede seguir 30 o 40 años. Los mayores viven más, el costo de jubilación es más alto en sistemas de reparto», advirtió. Sun