Darío Ibarra
(Docente de la Maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM)
Las empresas cuyo modelo de negocios se basa en plataformas digitales están en problemas: pronto tendrán que dar seguridad social a los que mañosamente consideran «socios» para evitar verlos como trabajadores o empleados y de ese modo evitar darles prestaciones de Ley. Inmediatamente han protestado y señalado que es económicamente inviable realizar tal acción. Lo más probable es que el costo de las plataformas crezca, que el precio también lo haga y que las ganancias se reduzcan, pero es un mal necesario. Es parte de los costos sociales que debemos pagar por tener seguridad social y es, además, un derecho de los trabajadores de dichas plataformas.
Existen muchas formas de explotación laboral. No otorgar seguridad social es una de ellas. No otorgar prestaciones laborales de Ley, como dar aguinaldo o vacaciones, es otra. Una más es la de tener la figura de «asociados» para evitar de ese modo dar seguridad social a quienes en realidad son empleados. Así, tener la plataforma digital y permitir que una persona con bicicleta y una mochila pueda convertirse en «socio» de un corporativo internacional y cobrar un importante porcentaje por el trabajo de otros es otra forma de explotación laboral.
Para darle la vuelta al engorroso problema de tener trabajadores o empleados utilizan la figura de «socio». De ese modo se omite el otorgar seguridad social a trabajadores que, dada la dificultad para encontrar empleo en el sector formal de la economía, aceptan esta modalidad de trabajo, donde si bien se tiene flexibilidad de horario, lo cierto es que la principal fuente de ingresos para muchos choferes y repartidores de estas plataformas.
La seguridad social tiene costos. No tenerla también. La población abierta, la que no cuenta con cobertura de IMSS, ISSSTE o alguna otra institución encargada de otorgar Seguridad Social, debe pagar por sus propios servicios médicos, hospitalización y pensiones. El costo social se encuentra en la existencia de personas enfermas y, en muchos lamentables casos, de empobrecimiento en la edad adulta. Estos costos se pueden reducir a través del pago de cuotas y contribuciones a las instituciones encargadas de prestar dichos servicios. El costo debe reflejarse en la tarifa del servicio e implica reducir ingresos del propio trabajador, así como las ganancias de la empresa y que los consumidores paguemos más por el bien o servicio prestado. Todos pagamos el costo, pero es un mal necesario.
La visión de libre mercado extrema establece que la mera existencia de la Seguridad Social es algo indeseable en la sociedad. Implica tratar a los trabajadores como menores de edad. Parte de la madurez de la ciudadanía implica tener visión de largo plazo y ahorrar para el retiro. Bajo esta óptica, cada uno debe proveerse a sí mismo tanto en la juventud como en la vejez. Por lo tanto, se deberían crear condiciones para tener pólizas de seguro privados y tener cuentas de ahorro para el retiro. En el papel suena muy bien. Lástima que el nivel de ingreso promedio no sea suficiente para lograr lo anterior. Durante décadas los sueldos y salarios han sido de mera subsistencia. ¿Cómo pretender ahorrar y pagar una póliza privada cuando el sueldo no es suficiente ni para satisfacer las necesidades más básicas?
No será fácil que los trabajadores de plataformas tengan seguridad social. Hay muchas resistencias, empezando por las grandes empresas como Uber o Didi y siguiendo por los usuarios, que sólo veremos como el servicio se encarece. Los propios trabajadores de las plataformas podrían tener resistencias por recibir un menor ingreso neto. Pero lo anterior también ocurrió hace casi ochenta años cuando se creó y entró en funciones el IMSS. Al paso del tiempo se ha demostrado que, con todo y sus áreas de oportunidad, tenemos un mejor país con estas instituciones que sin ellas. Por lo tanto, debemos transitar hacia la incorporación de toda la fuerza laboral a la seguridad social.
Hace algunos años se crearon mecanismos para que el empleo doméstico pudiera tener seguridad social. Tal vez el IMSS tendría que evaluar si es el modelo adecuado para quienes su modus vivendi se consigue a través de diversas plataformas. De no ser el caso se tendrán que crear otros modelos de incorporación a la seguridad social. Lo que es un hecho, es que lo deseable es que la totalidad de la población tenga el beneficio de la seguridad social. Sun