Mismo Trump, Nuevo Círculo
Mauricio Meschoulam
«La competencia estratégica entre Estados, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en la seguridad nacional de Estados Unidos», afirmaba la Estrategia de Seguridad Nacional de Trump en 2017. El mundo había cambiado. Washington debía reorientar sus prioridades hacia su rivalidad con Rusia y, especialmente, con China.
Hace unos días se publicó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional para este segundo período de Trump, y no hay una sola mención a esa «competencia estratégica» con China y Rusia ni a la amenaza que ambos representan. ¿Qué ocurrió entre 2017 y 2025? ¿Trump ha cambiado?
1. La realidad es que Trump piensa de forma muy similar. Él siempre ha sostenido que EU es un país del que todos se aprovechan, que ha firmado acuerdos pésimos y altamente desfavorables. Por ello, era indispensable priorizar los intereses de «EU Primero» y «Hacer a EU grande otra vez», devolviéndole el respeto de los otros y recuperando una posición negociadora de fuerza.
2. En cuanto a Rusia, sabemos que, pese a lo que decían los documentos de Seguridad Nacional -y pese a que su propia administración adoptó posturas duras contra Moscú en distintos momentos-Trump, en lo personal, siempre se inclinó por negociar con Putin.
Respecto a China, es cierto que el discurso de su vicepresidente Pence en el Instituto Hudson enumeraba muchas de las amenazas que ese país representaba. Pero Trump veía el tema sobre todo desde la óptica del comercio, como ahora.
3. La clave está en que Trump es taba rodeado entonces por un círculo muy distinto: un equipo que lo contenía de decisiones como «abandonar la OTAN» o lanzar una guerra abierta y frontal contra Maduro. El peso de ese círculo se refleja en los documentos de Seguridad Nacional y Defensa Nacional de esos años.
James Mattis era el secretario de Defensa y H.R. McMaster el asesor de Seguridad Nacional; ese mismo puesto lo ocupó luego Bolton. Basta leer los libros y testimonios de estos tres personajes para entender lo que ocurría en las reuniones privadas y en las conversaciones con Trump sobre todos estos temas. Ese sector ya no tiene peso en la Casa Blanca. Trump aprendió muy bien quiénes deben ocupar ahora los cargos estratégicos.
4. Dos puestos centrales para los documentos que señalo, hoy están ocupados por Hegseth y Rubio, quien no es sólo el secretario de Estado, sino también el asesor de Seguridad Nacional. Pero, además de ellos, otro ejemplo es el vicepresidente. Su discurso ante la Conferencia de Seguridad Internacional de Múnich refleja no sólo su pensar sobre Europa, sino el de buena parte de la base de Trump, de hecho, el pensamiento más afín al del propio presidente.
5. Así, los sellos de Hegseth y Rubio aparecen por todos lados. La Doctrina Monroe–Corolario Trump lleva la marca evidente de Rubio y de sus prioridades geográficas, algo totalmente coherente con lo que hemos visto en estos meses y que apunta a acciones de Washington no sólo en Venezuela, sino en varios otros puntos del continente.
El sello de Vance -y del sector que representa- también es clarísimo. Europa es vista como una sociedad decadente, erosionada por la inmigración y por las guerras culturales. El enemigo no está «afuera», sino adentro: el liberalismo y progresismo que, según esta visión, «impiden» la libertad de expresión.
Europa debe ocuparse de lo suyo y no esperar que Washington lo haga, tal como Hegseth lo dijo hace meses. Ahí están sus huellas, todas.
Pero en esencia, lo que muestra este documento, a diferencia del de 2017, es a un Trump diciendo con claridad lo que cree que EU debe hacer, y operando sin las restricciones que le impusieron en su momento sus «enemigos» en la Oficina Oval. Sun





