viernes, abril 19, 2024
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«El Chapo» Guzmán es Declarado en EU Culpable de los 10 Cargos por Narcotráfico

* EL 25 DE JUNIO PODRÍA SER CONDENADO A CADENA PERPETUA.- LOS CARGOS: PARTICIPAR EN UNA EMPRESA CRIMINAL CON FINES DE NARCOTRÁFICO. *CONSPIRACIÓN INTERNACIONAL PARA LA FABRICACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE COCAÍNA, MARIHUANA, Y METANFETAMINA. *USO DE ARMAS DE FUEGO. *LAVADO DE DINERO.

Ciudad de México; 12 de Febrero.- El capo mexicano Joaquín «Chapo» Guzmán fue declarado culpable este martes de los 10 delitos de los que era acusado por liderar un imperio criminal que traficó toneladas de drogas a Estados Unidos durante 25 años, por los cuales enfrentará cadena perpetua, sin derecho a fianza, según la ley estadounidense.
Tras el veredicto leído por el juez Brian Cogan en la corte federal de Brooklyn, el exjefe del cartel de Sinaloa, de 61 años, saludó a su joven mujer Emma Coronel con la mano. Coronel, de 29 años, vestida con pantalones ajustados negros y una chaqueta verde, le levantó el pulgar de la mano derecha, se cruzó las manos en el pecho y le tiró un beso antes de que los alguaciles retiraran al ‘Chapo’ rápidamente de la sala.
Los doce integrantes del jurado deliberaron en una corte federal en Brooklyn entre el lunes y el jueves de la semana pasada, tras lo que iniciaron una segunda ronda de deliberaciones este lunes. En total, el jurado ha deliberado durante cerca de 34 horas antes de pronunciar su veredicto
Guzmán está acusado de introducir toneladas de cocaína, heroína, marihuana y metanfetamina a Estados Unidos como líder del Cartel de Sinaloa. El capo escapó dos veces de prisiones de máxima seguridad en México y, tras ser detenido en Enero de 2016, fue extraditado un año más tarde a Estados Unidos.
La defensa ha argumentado que el verdadero responsable de dirigir el Cartel de Sinaloa es Ismael ‘El Mayo’ Zambada, un capo de la droga que continúa en libertad. La Fiscalía ha asegurado que ambos narcotraficantes eran socios, en el marco de un juicio que ha implicado también la declaración de más de 50 testigos durante once semanas.
Entre los testigos figuraron 14 antiguos socios de Guzmán que habían acordado cooperar con los Fiscales estadounidenses. El jurado, en una serie de notas la semana pasada, planteó varias dudas legales y solicitó revisar los testimonios de algunos colaboradores. Agencias

«Chapo», la Última Desaparición

Nueva York, EU., 12 de febrero.- «Veredicto». Nunca una palabra simplemente intuida había causado un terremoto parecido. A las 12 en punto, mediodía exacto de una mañana de fuerte ventisca y nieve en Brooklyn, el mensaje más esperado en la sala 8D de la corte federal del distrito este de Nueva York se hizo real. Fue sólo un murmullo casi imperceptible, pero su ruido fue atronador. Los 12 miembros del jurado encargados de definir el destino de Joaquín «El Chapo» Guzmán habían llegado a una decisión unánime.
Dos minutos antes, Emma Coronel Aispuro, esposa del capo, había abandonado la sala, augurando un día más de apatía y aburrimiento insulso en la corte de Brooklyn. Volvió casi al instante, de nuevo con una chaqueta verde esperanza sobre vestimenta negra de luto.
La noticia empezó a correr y los periodistas se agolparon a las puertas de la sala, esperando pasar por última vez el cordón de seguridad previo a acceder a la corte. Ya todo el mundo sabía que sí, que era en serio, y no se trataba de otra falsa alarma como las que habían dominado seis días de deliberaciones empapadas de tedio.
Un silencio absoluto. A las 12:18 sonó el ruido de cadenas y se hizo el silencio absoluto en la sala. Todo el mundo en pie a la espera de la última aparición de «El Chapo»; la única sentada era Coronel. Guzmán apareció vestido de traje y corbata negros, camisa gris. Saludó como siempre a su esposa, que le respondió levantando el pulgar.
«El Chapo», en los últimos días del maratónico juicio en su contra, mantuvo una serenidad impropia, o quizá adecuada para alguien que asume que su destino está ya marcado, sin poder de escapatoria ni con uno de sus famosos túneles.
A las 12:30, una funcionaria entregó al juez Brian Cogan un folder manila con el veredicto. Empezó la lectura en voz aséptica, como quien recita la lista de la compra.
Culpable.
Culpable.
Culpable.
Y así hasta diez veces.
«El Chapo» pasará el resto de sus días entre rejas.
El capo no hizo ninguna mueca, mantuvo la mirada al horizonte, sin sorpresa. Coronel aguantó estoicamente en la sala, aunque después dijera que estaba triste con la decisión y otros aseguraran que lloró.
Sus abogados, ante un veredicto esperado, resoplaron. Los fiscales abandonaron su perfil gris para esgrimir algo parecido a una mueca de felicidad.
El juez Cogan agradeció a los 12 ciudadanos anónimos el trabajo realizado —no pudo evitar una arenga patriótica en el cierre, declarándose «orgulloso» de ser estadounidense— y, a las 12:35 del 12 de febrero de 2019, dio por finalizado el juicio contra Joaquín Guzmán Loera.
Entonces llegó la descompresión. Toda la tensión acumulada durante meses —incluso años— desaparecía por completo, al igual que «El Chapo» desaparecía de la sala camino de nuevo a su celda. Saludó educadamente a sus abogados con un apretón de manos, agradeciendo los servicios prestados, y el último gesto fue para su esposa.
Besos invisibles. Juntó los dedos de la mano izquierda y besó las yemas tres o cuatro veces. Lanzó los besos invisibles a Coronel, y las mismas yemas toquetearon físicamente el corazón de «El Chapo», en un tocar rítmico como un latido. Guzmán se dio la vuelta, puso las manos a la espalda y desapareció arrastrando 10 declaraciones de culpabilidad en su contra y una vida tras las rejas.
Se cerró la puerta que hizo desaparecer a El Chapo y se rompió el silencio. Los fiscales se abrazaron, se fundieron felicitaciones y agradecimientos con despedidas y buenos augurios. Los periodistas corrieron en estampida hacia la puerta, ávidos de soltar al mundo la noticia de que el capo del Cártel de Sinaloa había acabado su carrera.
A la salida de la corte, una decena de policías militares resguardaban el edificio armados con armas larguísimas y equipo de guerra, como para evitar que «El Chapo» escapara de su destino. Autoridades de gobierno comparecían ante la prensa para celebrar su mayor victoria en la denominada «guerra contra las drogas».
Detrás de ellos, medio de incógnito, Coronel abandonaba la corte escoltada por agentes de seguridad del gobierno, directa al vehículo que la esperaba, sabiendo que nunca más podrá hablar ni abrazar a su esposo. Sun

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