* AL BAJAR EL NIVEL DEL RÍO SUCHIATE, PASAN CAMINANDO POR LA FRONTERA PARA INTERNARSE EN TERRITORIO CHIAPANECO, SIN QUE ALGUNA AUTORIDAD LOS DETENGA.
* HAN ACAPARADO LOS SERVICIOS Y APOYOS QUE OTORGA EL GOBIERNO FEDERAL, DESPLAZANDO A LOS MISMOS MEXICANOS.
Tapachula, Chiapas; 03 de enero del 2021.- El bajo nivel del río Suchiate, que sirve de referencia limítrofe entre México y Guatemala, permite ahora el paso diario de miles de migrantes a Chiapas, sin que haya una autoridad que quiera detenerlos o frenarlos en su caminar hacia Tapachula.
Al terminar la temporada de lluvias, el nivel del afluente descendió de manera importante y propicia la entrada de cualquier tipo de personas, incluyendo a los indocumentados que pasen caminando, burlando a las autoridades mexicanas e internándose en caminos de extravió para llegar hasta Tapachula, ciudad a donde se quedan a vivir.
“El Suchiate, en este momento presenta 25 centímetros de profundidad y su límite había sido es de 75. Actualmente está a un 30 por ciento, llegando a escaso a las rodillas, lo que permite pasar cómodamente para cualquier persona”, informó Leobardo Gallardo González, secretario de Protección Civil en Ciudad Hidalgo.
El rotativo EL ORBE, pudo constatar que los migrantes cruzan por zonas donde el nivel es demasiado bajo y no se tiene vigilancia de ninguna autoridad federal, estatal o municipal, lo que ha permitido el ingreso de los extranjeros irregulares al país.
Ya sea caminando o en balsas, los indocumentados, principalmente de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y de Haití, se internan por la madrugada, el día o en la noche, para no ser vistos por la escasa seguridad y lograr su objetivo de poder asentarse en territorio mexicano.
Las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM); de la Guardia Nacional o de otra corporación, no se ha preocupado por implementar algún operativo especial de vigilancia en la ribera del río Suchiate por donde los migrantes cruzan sin revisión de documentos.
Mariela Méndez, comerciante en Ciudad Hidalgo, aseguró que la presencia de migrantes irregulares trae consecuencias a la salud, principalmente a las personas mayores y niños, “porque, del lado mexicano, la pandemia afectó mucho y con la llegada de los migrantes podrían afectar de manera severa a los negocios y a la vida social”.
Además, exigió a la Guardia Nacional y a los agentes migratorios -que están ausentes- que hagan presencia y refuercen la seguridad para evitar el ingreso masivo de indocumentados.
Desde su punto de vista, en la llegada de caravanas de migrantes se infiltran pandilleros que vienen agredir a las autoridades y a los ciudadanos mexicanos.
Indocumentados ya acaparan el 50 por
ciento de la mano de obra en la región
Por su parte, la Federación Obrera Revolucionaria exigió este domingo al gobierno federal aplicar las estrategias que sean necesarias para poner orden y control en los municipios de la frontera sur, ante la invasión impune de decenas de miles de migrantes indocumentados de diversas nacionalidades.
Teodoro Vázquez Castillo, secretario general de esa organización obrera, dijo a este rotativo esos grupos de extranjeros deambulan y se paran de manera aglomerada por donde quiera, además de que hacen sus necesidades fisiológicas, y han convertido a la ciudad como altamente peligrosa, por su sola la presencia.
Abundó que la falta de regularización y control por parte de las autoridades mexicanas, afecta a la población “no quisiera decirlo, pero a lo mejor muchas de las enfermedades que aquí se están detectando vienen de Centroamérica”.
Además, que “el gobierno no sabe cómo atender los temas migratorios, porque están esperando que los norteamericanos les ordenen que van hacer con los extranjeros que a diario están ingresando al país de manera irregular y sin papeles”.
Lamentó también que los funcionarios mexicanos se preocupan más por los migrantes, mientras que la población nacional está sufriendo por los escases de trabajo y mano de obra.
De acuerdo a su punto de vista, “en esos grupos de migrantes que arriban a la frontera sur, vienen también personas maleadas y viendo a quién van afectar. Muchos ya se han apoderado de las calles y de la vía pública, sin tener una regulación por parte de las autoridades”.
Según las cifras de esa organización, los indocumentados ya acaparan el 50 por ciento de la mano de obra en la región, incluso contratados por el gobierno. EL ORBE / M. Blanco / Ildefonso Ochoa