Tapachula, Chiapas; 4 de Febrero.- A diez días del aquel “Lunes Negro”, cuando el Ayuntamiento que aún preside el alcalde, Oscar Gurría Penagos”, ordenó agredir a cientos de indígenas que habían llegado pacíficamente a la alcaldía a pedir obras sociales, los representantes de las víctimas regresaron a la ciudad para aclarar: “No somos delincuentes”.
En rueda de prensa, Juan López Pérez, presidente de comisariado ejidal de Toquián Grande-Pavencul, dijo que después de esos lamentables hechos, han sostenido varias mesas de trabajo con las autoridades, en las que se han expuesto sus peticiones.
“Se está haciendo un gran esfuerzo para sacar adelante los proyectos, no somos un pueblo violento, sino una región que pide sus derechos. Por ejemplo, en el tema de infraestructura carretera estamos completamente abandonados”, indicó.
De igual forma, que están poniendo todo lo que está a su alcance para actuar con civilidad y cumplir con los protocolos administrativos de sus demandas, pero dejó en claro que es urgente que todo eso se haga realidad y no quede solamente en papeles.
Otro de los puntos en su pliego petitorio es la instalación de una oficina del Registro Civil, del que dijo ya se está capacitando al personal, porque es un servicio que se requiere urgentemente en esa zona que alberga a 32 comunidades y alberga a miles de familias.
Si bien reconoció que las carreteras están en lamentables condiciones, indicó que el tramo que une a las comunidades de Chespal Nuevo-La Boquilla, es uno de los más prioritarios, porque implica la posibilidad de tránsito para toda esa población, tanto de la zona serrana de Tapachula como la de Cacahoatán.
Otro de los temas que se están discutiendo en esas mesas de trabajo es de la inseguridad y que por ello están pidiendo mayor vigilancia, incluso en las carreteras, “porque ya llevamos varios asesinatos y no vemos respuestas de parte de la autoridad”.
“Estamos exigiendo que no quede ninguna carpeta de investigación en contra de nosotros y que quede como antecedente, porque no somos delincuentes, somos personas que venimos como un pueblo indígena a pedir nuestros derechos”, abundó.
También se refirió al tema educativo al decir que tienen escuelas completamente abandonadas y con daños considerables desde el paso del huracán Stan, hace ya 15 años, e incluso, están a punto de derrumbarse.
“Le hemos dicho a las autoridades que, a través de las acciones en infraestructura que se vaya construyendo, así iremos creando nuestra confianza”, apuntó.
Por su parte, Lucio Díaz Pérez, presidente del Consejo de Vigilancia, recalcó que durante mucho tiempo habían estado pidiendo audiencias al Gobierno, pero tuvo que pasar el desalojo violento para que tuvieran una respuesta.
“Hasta ahora sólo hemos firmado minutas que esperamos se cumplan. No queremos más agresiones a nuestro pueblo indígena”, indicó.
Ante los representantes de los medios de comunicación reveló que ese día fueron agredidos a golpes, rociados con gases lacrimógenos, heridos, detenidos y hasta asaltados por los policías municipales, “quienes nos quitaron celulares, dinero y otras pertenencias”.
Además, advirtió, “el pueblo se levanta porque tienen un mal gobierno, como pasó en la revolución. Todos los detenidos ya están libres y en sus casas, aunque hay una secuela de dolor en los corazones de cada uno”.
Al final hizo una comparación con el actual Ayuntamiento, emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y los anteriores, ya que dijo “antes las autoridades eran buenos amigos y ahora nos reciben a golpes y gases lacrimógenos”. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello
Después de Golpear y Gasear a Indígenas de Pavencul, Ahora Firmaron Acuerdos
