Tapachula, Chiapas; 10 de Septiembre del 2020.- Las instalaciones de la Marina de Chiapas, ubicada en Puerto Madero, se mantuvieron a su máxima capacidad en yates durante la contingencia, luego de que fueron cerrados los puertos en Centro y Sudamérica.
Guillermo García Stivalet, gerente general de esa empresa tapachulteca, dijo en entrevista para EL ORBE, que al principio de la pandemia en México, los barcos y yates de bandera norteamericana y canadiense empezaron a migrar a su país, porque temían contagiarse y quedarse varados en alguna nación diferente.
Hubo, entonces, un éxodo muy grande de embarcaciones en el Pacífico que entraba por provisiones y seguía su marcha.
Al concluir Mayo, según narró, los países centroamericanos cerraron sus puertos, mientras que México siguió permitiendo los ingresos a territorio nacional por esa vía.
Hubo ahí personal de la Secretaría de Salud realizando los protocolos de filtro sanitario para extranjeros, para descartar la posibilidad de que alguno de ellos llegara contagiado, señaló.
Muchas de esas personas se quedaron algún tiempo en Tapachula para resguardarse de la enfermedad. Posteriormente decidieron dejar sus barcos y trasladarse en avión a sus países de origen, en el ánimo de estar en sus casas.
Además de esas dos naciones, también llegaron italianos e ingleses, que también después partieron y otros optaron por dejar sus embarcaciones.
La contingencia coincidió con el final de la temporada de yates y veleros y el inicio del periodo bajo, por las lluvias. Por ello la Marina no registró pérdidas; por lo contrario, hubo ganancias.
Las cosas cambiaron pasada la etapa crítica, ya que los propietarios de yates que regularmente pasan a Tapachula y los que se quedaban, ya no lo hicieron.
Se calcula que en los últimos dos meses hay una merma de alrededor de un 25 por ciento en la ocupación regular de la Marina, ya que el turismo internacional sigue en reserva de la contingencia.
Se espera que la próxima temporada se asocie con el alejamiento de las lluvias, que sería a finales de Octubre y principios de Noviembre, con lo que se reactivarían las actividades.
Por lo pronto, las inscripciones para aquellos que navegarán por esas fechas en las aguas del Pacífico Mexicano, son muy pocas. EL ORBE / Miguel Laparra