*Drenajes son Vertidos a Afluentes en la Región.
Tapachula, Chiapas 11 de agosto de 2025 – La creciente contaminación de los cuerpos de agua en Chiapas representa una amenaza inmediata para la salud pública, alertó Vicente Castro, experto en toxicología acuática y profesor investigador en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). En una entrevista reciente, el académico señaló que la falta de control y la inacción de las autoridades están transformando los ríos y lagos del estado en focos de infecciones.
Castro enfatizó que la presencia de xenobióticos, productos químicos cuyo origen y composición muchas veces desconocen, está aumentando a niveles alarmantes.
Aunque la responsabilidad de esta situación recae sobre todos los sectores de la sociedad, las autoridades encargadas de la regulación tienen una carga significativa.
Según la legislación vigente, las empresas que superan los límites establecidos de contaminación deben pagar un impuesto especial para financiar plantas de tratamiento. Sin embargo, Castro aseguró que muchos de estos pagos no se realizan, lo que agrava aún más la crisis.
Además, criticó a los municipios por no tratar las aguas residuales urbanas, las cuales terminan contaminando los afluentes.
Los efectos de esta contaminación ya se evidencian en un incremento de enfermedades gastrointestinales, así como reacciones alérgicas severas en la piel y los ojos. La amenaza más grave, sin embargo, son las bacterias patógenas presentes en las aguas, como las causantes del cólera.
Según Castro, estas bacterias están desarrollando resistencia a los antibióticos, lo que dificulta su erradicación.
Los grupos más vulnerables son los niños y los adultos mayores, cuyas defensas naturales son más débiles ante estos agentes patógenos.
La situación es aún más crítica debido a la falta de recursos para investigar la contaminación acuática. Castro lamentó que los estudios en la UNACH se hayan visto paralizados por la escasez de fondos, ya que los análisis de agua requieren equipos costosos y reactivos que no están siendo financiados.
Además, la escasez de personal técnico, exacerbada por las restricciones en la contratación de personal en universidades públicas, dificulta aún más la tarea de monitorear la calidad del agua en el estado. EL ORBE/Nelson Bautista





