Adal Ramones piensa que sus fantasmas del pasado, presente y futuro le recriminarían que sigue sin bajar el ritmo de trabajo, lo que lo hace descuidar a sus amigos y aspectos sociales y familiares de su vida, por lo que ya se ha puesto un ultimátum al respecto.
“Lo que me he dicho a mí mismo en estas últimas semanas es que ya no puedo faltar a las reuniones de amigos. Le doy más valor a cosas como ‘tengo un zoom, no llego a un vuelo…’ Entonces a muchos de esos convivios va sola mi esposa Karla y siempre me justifica, pero ya no debo hacerlo porque el tiempo se va”, explica en entrevista. Si hay algo que le pesa mucho es no haber viajado más con su papá Manuel Ramones Saldaña, porque no le gustaba mucho salir, aspecto que procura no le ocurra a él con sus propios hijos. “Sí soy un papá que me parto en mil para poder estar con mis cuatro hijos, aunque sea dos horas pero llego a verlos, corro y me voy a otra ciudad, así es mi vida”.
El pensamiento le vino a la mente debido a que en diciembre estrenará la puesta en escena “Un cuento de Navidad, el musical”, donde da vida a Ebenezer Scrooge, un viejo avaro que cree que la riqueza personal es más valiosa que vivir en armonía con la gente que le rodea, por lo que la idea de ayudar al prójimo y celebrar la Navidad es algo que aborrece. SUN
Adal Ramones, de Amigo Ausente a Avaro en Navidad
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