Las coberturas de daños por parte de las aseguradoras se han transformado a partir de protestas sociales y los actos de vandalismo que ocurren en este tipo de manifestaciones. Marchas y plantones, por mencionar los eventos más comunes, implican cada vez más un riesgo para comercios y negocios, cuyas pólizas de seguro empiezan a cambiar debido a que no se especificaba una cobertura para pérdidas como vidrios rotos por una marcha, robo de mercancía, entre otros.
De acuerdo con Octavio Careaga, presidente de THB en México, compañía especializada en reaseguro, el diseño de coberturas específicas contra vandalismo se ha consolidado como uno de los principales retos para esta industria, que aún vive presiones en sus balances financieros por el impacto de la pandemia y que está lejos de terminar.
Protestas cada vez más violentas en Europa alertaron a las aseguradoras, que han podido diseñar nuevas coberturas para este tipo de protesta social.
Sin embargo, en América Latina se está aún lejos de lograr una industria tan sofisticada. Antes y durante la pandemia, Chile mostró que el vandalismo será cada vez más intenso por parte de un sector de la población que sale a manifestarse a la calle y, para el caso de México, hay más compañías que ya empiezan a proteger a sus clientes contra este tipo de eventos.
«Un ejemplo es el tema de las manifestaciones. Antes te daban la cobertura gratis y ahora no entra como parte del paquete de coberturas básicas, sino que, si quieres esta cobertura de alborotos populares, conmoción civil, la tienes que comprar por separado y en México, en particular, ya se compra como parte de una cobertura de terrorismo», explicó el directivo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, detalló que normalmente la cobertura de este tipo de pérdidas causadas por el crimen organizado, alborotos populares, manifestaciones que causen daños, saqueos, entre otros, con anterioridad se registraban dentro de la cobertura básica de incendio.
«Ahora se ha visto que las pérdidas en ese sentido han sido grandes para el mercado, no nada más en México. En Chile tuvieron pérdidas de más de mil 500 millones de dólares. Antes de la pandemia, hubo una serie de manifestaciones contra el gobierno y entonces el mercado internacional ha decidido ya tipificarlas como algo independiente a la cobertura básica de incendio. Ahora lo están manejando dentro de la subcobertura de terrorismo, para poder tener un mejor control”, detalló.
De acuerdo con el especialista, hace algunos años la cobertura de terrorismo era barata porque prácticamente en México oficialmente no se había calificado un acto como terrorista; no obstante, la reconfiguración de la industria ha provocado que se incluya una cobertura de terrorismo y agregar actos vandálicos, siniestros o daños ocasionados por el crimen organizado, así como temas de alborotos populares o promoción civil.
«Antes se daban gratis, y ahora las aseguradoras lo tienen que tipificar como un riesgo total independiente y tarificar dependiendo de la ciudad donde estés y que se tenga la experiencia.
“Hay ciudades que son un poquito más bravas que otras. En Latinoamérica hemos tenido muy pocos actos terroristas, pero se considera que este tipo de daños es más cercano a lo que se intenta cubrir en una cobertura por terrorismo, que lo que se intenta cubrir en una cobertura de incendio. Antes era gratis y ahora ya se han creado tarifas especiales para este tipo de coberturas”, explicó. Sun