Daniela Wachauf
La administración de Andrés Manuel López Obrador refleja un aumento en las bajas de elementos castrenses de 173%, según el reporte del estado de personal del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos.
En la presente gestión, de 2019 a 2022, se documentan 34 mil 27 bajas y durante los cuatro años de Enrique Peña Nieto, de 2013 a 2016, fue del orden de 12 mil 455, lo que representa a 21 mil 572 personas que ya no pertenecen a las Fuerzas Armadas.
En el periodo de López Obrador la rescisión de contrato en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue de 25 mil 83 uniformados, seguida por haber solicitado la baja con 5 mil 823 efectivos; por deserción, 2 mil 778; mala conducta, 343; no está registrada la desaparición del coronel José Isidro Grimaldo Muñoz, ocurrida el 10 de diciembre de 2022 en Tapalpa, Jalisco.
De 2019 a 2022 las bajas se encuentran en los grados de jefes, oficiales y tropa. El mayor número de bajas se refleja en tropa con 33 mil 718 uniformados, de los cuales el rango de soldado ocupa el primer lugar, con 30 mil 850 elementos, seguido por cabo, con mil 956; sargento segundo, con 720, y sargento primero, con 192. El grado de oficiales reporta 306, de los cuales subteniente son 182; teniente, 113; capitán primero, seis, y capitán segundo, cinco. En el grado de jefes, el de mayor cuenta con tres bajas.
En cambio, en las bajas de los cuatro años de Peña Nieto, de 2013 a 2016, la deserción ocupa el primer lugar con 5 mil 655, seguida por haber solicitado la baja, con 4 mil 335; rescisión de contrato, mil 780, mala conducta, 488 y desapariciones, 197.
Dentro de los grados, el mayor número de bajas se muestra en tropa, con 12 mil 37 efectivos, de los cuales soldados son 9 mil 402, cabo, mil 728; sargento segundo, 672 y sargento primero, 235. El grado de oficiales refleja 361: 169 teniente, 29 subtenientes, 60 capitán primero, y 34 capitán segundo. El grado de jefes refiere 57: mayor, 35; teniente coronel, 19 y coronel, tres.
Por otra parte, el reglamento de Reclutamiento de Personal para el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos señala en el capítulo VII, artículo 42, que será causal de rescisión sin responsabilidad alguna para la Sedena las siguientes: haberse encontrado sujeto a un proceso penal por delito que merezca pena corporal o prófugo de la justicia, durante el trámite de su alta.
Colocarse en situación de no poder cumplir con sus obligaciones militares por causas no imputables a la secretaría; mala conducta determinada por el Consejo de Honor de la Unidad y proporcionar documentación o datos falsos o alterados durante el trámite de su alta.
Armando Rodríguez, especialista en temas de seguridad nacional, expresa a EL UNIVERSAL que el reglamento de reclutamiento destaca que hay varias causales para rescindir el contrato; por ejemplo, estar sujeto a un proceso penal, faltar injustificadamente por más de 72 horas y consumir sustancias consideradas como estupefacientes.
«Entre los rangos son soldados y cabos quienes principalmente tienen la mayor cantidad de contratos rescindidos, que son los más bajos en el rango militar. En muchas comunidades del país los jóvenes ven al Ejército como un medio de subsistencia y de tener un empleo. Ingresan a las Fuerzas Armadas en busca de tener techo y comida a diario… cada año algunos desertan porque no aguantan el entrenamiento militar», indica el investigador.
Víctor Carmona, del Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea (CEEFA), considera que no sólo es la rescisión de contrato, también se dan de baja voluntaria por sobrecarga de funciones y misiones de seguridad en el tema de las operaciones terrestres, donde están presentes las tropas.
«Hay que tener en cuenta las presiones a las que son sometidos, en este caso por el tema de la dureza disciplinaria y el mando… son factores para que se den de baja, es una cascada de desarrollo de riesgos. Las sanciones por llegar tarde o no presentarse conllevan a arrestos o inclusive la rescisión de contrato», detalla.
Mario Salomón, country mánager del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP), destaca que es mínimo el número de exelementos de la Sedena, aproximadamente 5%, que se emplean en ese tipo de empresas.
«Son personas que ya causaron baja, que están separadas legalmente de esa dependencia… traen una formación de disciplina, de lealtad, y tienen la visión de crecer y desarrollarse dentro de una empresa», dijo.
Fernando Jiménez, investigador del Conacyt en asuntos de seguridad, expresa que en este sexenio tienen más responsabilidades que en el pasado, por lo que hay más desgaste y trabajo.
«Una vez pasado el escalafón de tropa se observa una disminución sustancial de la rescisión, es parte del proceso», asevera. Sun