*Debe Tratarse Como un Problema de Salud Pública.
Tapachula, Chiapas; 22 de febrero del 2023.- «Actualmente cada 40 segundos se comete un suicidio en alguna parte del mundo», reveló, Alonso Solís Hernández, médico especialista en adicciones y salud mental de la Secretaría de Salud en Chiapas.
En entrevista para el rotativo EL ORBE, señaló el también encargado de la Unidad de Especialidades Médicas (UNEME) del Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA), que esas conductas se llevan a cabo sobre todo en menores de entre 12 y 14 años de edad, hasta los 24.
De acuerdo a cifras oficiales, indicó que antes de la pandemia había el registro de alrededor de 300 mil suicidios en el planeta cada año, pero que ahora ascendió a unos 800 mil.
Los problemas de decepción están entre las principales causas, «porque de pronto los adolescentes no tienen la respuesta deseada de alguna pareja, y esto lo conlleva a que afecta tanto su salud mental que caen en la depresión o lo que llamamos anhedonia, o sea, la pérdida del interés, la motivación, la tristeza y la única vía que ven ellos como salvación a esa problemática es el suicidio».
Al hacer un balance de lo ocurrido hasta ahora en torno a ese tema, informó que definitivamente sigue siendo el sexo masculino el más afectado, «la comparación sería al dos por uno, porque son los que más llevan a cabo el suicidio».
Mientras que el método más recurrente, de acuerdo a los registros, es el ahorcamiento, que para muchos es la vía más fácil, y le sigue la ingesta de algunos fármacos, o lacerar su piel o el cuting que también es parte de una forma cómo ellos ven una salida a cometer un suicidio.
Indicó que en esa clínica atienden periódicamente a familias donde ha habido suicidios, porque eso afectaba a los hermanos menores a ellos o porque todos caían en la tristeza, y de alguna manera también querían quitarse la vida.
Los síntomas de una persona que se quiere quitar la vida van desde la tristeza, la pérdida de interés o la motivación. Ante ello se recomienda buscar ayuda profesional para darles un seguimiento, en especial una mejora en la autoestima, así como un tratamiento de sensibilización en el que se integra también a la familia.
Para ello se combina lo que es la terapia cognitiva conductual, el mejoramiento de la conducta, las emociones y lo farmacológico, siempre y cuando el individuo esté cayendo en algún tipo de depresión o de ansiedad. EL ORBE / JC





