“Entonces volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” (Malaquías 3:18)
Polémica Decisión
Oscar D. Ballinas Lezama
Una controversia internacional se ha formado con la actuación de las fuerzas castrenses del Gobierno Federal en México, quienes bajo el argumento de defender vidas y los derechos humanos de la población de Culiacán, Sinaloa, decidieron liberar al hijo del ‘Chapo’, Ovidio Guzmán López, quien horas antes había sido apresado en un malogrado operativo militar.
Ante los señalamientos de inconformidad que se manifestaron en las redes sociales, así como en medios de comunicación del país y el extranjero, el presidente Andrés Manuel López Obrador saltó a la palestra y ‘agarró el toro por los cuernos’ y argumentó: “No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas, estaban en riesgo muchos seres humanos”.
A contrapelo de los argumentos oficiales en este caso del operativo fallido, la Coparmex, a través de un comunicado demandó al Presidente de la República, un ‘profundo ajuste en gabinete en el tema de las estrategias de seguridad’.
Los directivos de la Confederación Patronal de la República Mexicana exigieron también el uso legítimo de la fuerza en estos temas de seguridad nacional, considerando que es un derecho irrenunciable de la autoridad, siempre que actúe mediante los protocolos adecuados para preservar la seguridad ciudadana.
Explicaron que al parecer las fuerzas policiacas que actuaron en la detención del hijo del ‘Chapo’ en Culiacán, no estaban coordinadas ni existieron los protocolos necesarios de actuación, argumentaron los empresarios, añadiendo que este suceso no se trata de un hecho aislado, ya que días antes ocurrió otra actividad delictiva en Aguililla, Iguala y Acámbaro, con un saldo de 33 muertos y siete desaparecidos.
Los de Coparmex no se anduvieron por las ramas, sin importarles ser llamados ‘fifís’, ultraderechistas o neoliberales, le señalaron al ‘Señor de la silla del águila’, que las negociaciones extrajudiciales con grupos delincuenciales son riesgosas y debilitan el estado de derecho, por lo que insistieron a las fuerzas armadas, que no renuncien al uso legítimo de la fuerza para defender al ciudadano y al Estado mexicano.
Con excepción del grupo de Senadores panistas que subieron en ‘bola’ a la máxima tribuna del país, para exigir la renuncia del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, una gran mayoría de legisladores de Morena y otros partidos aliados, apuntalaron la decisión del Presidente para liberar al peligroso narcotraficante, mientras que por otro lado, las redes sociales se inundaron de mensajes y videos en favor de la determinación del Ejército en el caso de Culiacán, que luego avaló el Presidente bajo el argumento de que la situación se había tornado muy difícil.
López Obrador defiende su postura presidencial mencionando que no se puede apagar el fuego con fuego, “no queremos muertos, no queremos guerras, como lo hicieron otros gobiernos, no se trata de masacres; las estrategias de otros gobiernos convirtieron a México en un cementerio”, afirmó el Gran Tlatoani.
Luego, como ya es costumbre, le sacó sus trapitos al sol a los exmandatarios nacionales, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pasando por alto a Vicente Fox, que, si a denuncias vamos, también tuvo pacto con el diablo y ahora ni el Papa Francisco lo puede santificar.
De milagro no se ha mencionado la matanza del 68, con Gustavo Díaz Ordaz, a quien le valió un cacahuate el pueblo y ordenó una matanza de estudiantes, que tuvo daños colaterales con gente que no tenía vela en aquel entierro; lo de Culiacán, no se trató de estudiantes, sino de peligrosos delincuentes que tomaron de rehén, según las noticias, no a todo el pueblo, sino a los familiares de los militares a quienes, presuntamente, amenazaron con asesinarlos, si no liberaban al hijo del Guzmán Loera.
‘Haiga sido, como haiga sido’, la operación chapito fue precipitada, dicen los expertos, como el general secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, quien añadió que formalmente no hubo una detención porque los captores ni siquiera llevaban un documento girada por el Juez competente; por otro lado, el gabinete de seguridad argumentó que recibió informes de que la ‘situación empeoraba en Culiacán, y por eso decidieron cancelar la operación’.
No obstante esos argumentos oficiales, gran parte de la sociedad mexicana no vio con buenos ojos esa decisión, sin embargo, habría que analizar profundamente que tomarla no fue una cosa fácil, los sicarios tenían de rehenes a muchas vidas, sin importar que fueran familiares de los militares, eran personas y había que pensar en salvarlas; desde ese punto de vista, se comprende el actuar del Presidente de la República y su gabinete de seguridad.
Es claro que se deberá analizar a conciencia el tema para no volver a caer en los mismos errores y no poner en riesgo a la ciudadanía, porque de no combatir el hampa organizada por miedo a su venganza, entonces el Gobierno y el pueblo se convertirían en rehenes de la delincuencia.
El justo es usado por Dios, quien da la sabiduría.
