Prometer no Empobrece
Oscar D. Ballinas Lezama
Vestidos y alborotados se quedaron los casi 70 mil migrantes indocumentados, esperando el cumplimiento de la política humanitaria que les pintaron hace casi un año; llevan meses varados en Tapachula, sin que, hasta ahora, tengan el acceso a fuentes de trabajo con salarios dignos, educación, vivienda y servicios de salud, que les prometieron cuando abrieron las puertas de par en par en la frontera sur.
Cuando el Instituto Nacional de Migración era comandado por Tonatiuh Guillén, éste sirvió de vocero a la titular de la Secretaría de Gobernación y anunció, que para dar un trato justo y humanitario a los migrantes se había autorizado la construcción de un súper albergue, por lo que darían de baja a las estaciones migratorias, entre ellas la del ‘siglo XXI; lo que se haría, atendiendo a una política de respeto a los derechos humanos de los migrantes, para que estos no tuvieran restricción en sus movimientos. Hasta la fecha esa promesa sigue sin cumplirse.
Actualmente hay casi 70 mil migrantes indocumentados en Tapachula, quienes sobreviven porque Dios es grande y misericordioso; algunos de estos parias del destino, con grandes sacrificios han logrado rentar cuartuchos de mala muerte en diferentes zonas de la ciudad, sobreviven hacinados hasta 10 personas juntas; otros con menos suerte, se resguardan bajo improvisadas casas de campaña instaladas frente a las instalaciones del INM, siglo XXI; sin ayuda de ninguno de los tres órdenes de gobierno, aguantan a pie firma los candentes rayos del sol y los torrenciales aguaceros de septiembre y octubre, prolongados hasta noviembre.
En esos campamentos improvisados con pedazos de nylon, hay decenas de mujeres embarazadas que no cuentan con baños para asearse, ni para realizar sus necesidades fisiológicas, hasta ahora, ninguna autoridad se quiere ocupar de este problema que es atenta contra sus derechos humanos, todos se echan la bolita, incluyendo las organizaciones sociales, las de derechos humanos y los que se dan golpes de pecho en las iglesias; el abandono de los buscadores de sueños, es absoluto.
Muchos niños de madres migrantes están naciendo en Tapachula, con ello, sus progenitoras podrían adquirir la nacionalización como mexicanas, lo que con el tiempo podría ser el pase a su libertad de caminar en el territorio mexicano y lograr su objetivo de llegar a los Estados Unidos.
El Obispo de Tapachula, Jaime Calderón, está pidiendo a la comunidad tapachulteca que sensibilicen su corazón y, mejoren su condición de vida cristiana aceptando a los migrantes como parte de esta sociedad soconusquense y se les tienda la mano.
El pontífice católico, hizo una remembranza sobre la migración en Tapachula, la que dijo viene desde hace muchas décadas que llegaron a este lugar de todas partes del mundo, ayudaron a transformar el Soconusco y lograron ayudar al enriquecimiento de la región; destacó que ahora son tiempos en que se tiene acá muchos cubanos, africanos y haitianos, quienes se están incorporando poco a poco a la sociedad, incluyendo a las actividades religiosas, comerciales y escolares, apuntó el clérigo, en su mañanera del domingo.
Habló también, sobre el cuidado que deben dar al medio ambiente todas las personas, argumentando que todos somos y conformamos una parte del todo y lo que le pasa a uno, nos afecta a todos, añadiendo que el Papa Francisco, ha advertido que el cuidar la tierra es vivir la ecología integral, que va más allá de lo ambiental y forma parte de la economía y la cultura de los grupos humanos.
En otras cosas, Eduardo Ramírez Aguilar, Senador por Chiapas, uso la más alta tribuna del país, para pedir que no se afecte el turismo en la nueva ley federal de derechos, toda vez que la ‘industria sin chimeneas’ ha sido una de las actividades que más ingresos dejan a la nación mexicana, incluyendo la entidad chiapaneca.
Explicó que con la nueva ley se pretende imponer a los turistas una carga tributaria sin precedente, que ascendería a más del 45 por ciento del costo total del boleto de internación, como quien dice, es poco el amor y acabarlo en celos, le están dando la puntilla a quienes viven del turismo.
Concluyó diciendo que le preocupa mucho lo que pueda suceder en Chiapas, ya que a esta entidad le vistan más de cinco millones de turistas anualmente, lo que provoca una derrama económica bastante buena para los chiapanecos.
Ojalá que todos los legisladores oriundos de esta frontera sur, empujen la carreta para una misma dirección y logren que la federación voltee el rostro hacia este renglón de la patria, sobre todo la zona del Soconusco en donde sus vías de comunicación dejan mucho que desear; carreteras despedazadas, un tren que dejó de funcionar después del Stan, un puerto que a cada rato hay que dragarlo por el exceso de arena que impide que los barcos de gran calado puedan arribar en sus muelles; para colmo solo hay un aeropuerto ‘internacional’, con una estructura que data de hace varias décadas y exige ser modernizada, así como mejorar los servicios de las líneas aéreas que se tienen y le cobran al usuario, hasta por la risa.