¿Amarrón de manos?
Darinel Zacarías
“El elefante está ciego, el domador malherido ¿quién ha mentido? (…) El hombre bala se enfada, su pólvora está empapada”
Joaquín Sabina
Son 12 denuncias las que obran en la Secretaría de la Función Pública (SFP) por supuestos actos de corrupción contra diez “superdelegados” del Gobierno Federal.
La noticia prendió las alarmas y entre los diez sindicados se encuentra Chiapas. Sí, José Antonio Aguilar Castillejos integra la lista de los escamados que podrían estar metidos hasta el ajo en temas que atentan contra la transparencia que promueve la llamada Cuarta Transformación.
Aguascalientes, Chihuahua, Chiapas, Colima, Guanajuato, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa y Sonora son las entidades federativas donde los “superdelegados” estarán siendo investigados bajo la lupe del nuevo régimen de justicia Obradorista.
La titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Irma Eréndira Sandoval, ya explicó que quien resulte responsable de tales acusaciones será sancionado conforme a derecho y puede ser de manera administrativa, e inclusive hasta penal.
Las denuncias están siendo trabajadas con la autonomía técnica y de gestión que corresponde a los Órganos Internos de Control de la dependencia.
Los programas en los que estos denunciados Delegados han metido fuertemente las uñas para otros fines son apoyos para el Bienestar de Niños y Niñas, Hijos de Madres Trabajadoras, Pensión para Personas con Discapacidad, Sembrando Vida y el que inmiscuye a los Servidores de la Nación.
Chiapas se encuentra presente en este mapa delictivo de los “superdelegados” y ya con anterioridad José Antonio Aguilar Castillejos presenta un maratónico historial de inmoralidades y de diversos actos de corrupción.
Por lo pronto, la titular de la Función Pública ya fue sentenciosa en el sentido de que el mal uso de los programas sociales es otro de los delitos que se tipifican como violaciones graves y se aplicará prisión oficiosa.
José Antonio Aguilar Castillejos ha sido sindicado por Ediles de Chiapas de su pedantería y soberbia. Lo culparon de nula atención y trabajos de gestión. Él, está más dedicado a la grilla y la camorra en los temas internos de morena.
Recordemos que el coordinador general de los Programas del Bienestar, Gabriel García Hernández exigió a los superdelegados federales asumieron el compromiso de no intervenir en las elecciones internas de Morena.
Además de que el mandatario federal Andrés Manuel López Obrador, en una reunión privada en Palacio Nacional, les leyó el memorándum en el que les exigió no participar en actos partidistas ni utilizar recursos públicos, para hacer promoción de candidatos y partidos.
Ahí, Obrador se pronunció que no habría tolerancia para prácticas antidemocráticas, y quien violente las recomendaciones se le procederá con las respectivas sanciones que marca el artículo 19 de la Constitución, donde se tipifica como delito de fraude electoral.
Y parece que José Antonio Aguilar Castillejos hizo de esas recomendaciones lo que el viento a “Juárez”. Pues en el pasado proceso interno de Morena, se le acusó de ser unos de los “reventadores” y autor que desdoró el proceso.
Se sabe que usó una estrategia burda. Con la ayuda de una horda o cofradía de lacayos, empañó el proceso interno de Morena en Chiapas. Donde sabía que no tenía presencia, activó un plan para “reventar” y boicotear.
De seguir con este parangón, Aguilar Castillejos parece estar cavando su propia tumba. Y es que no le sale nada bien y parece que su manto protector parece extinguirse.
Ha declarado la guerra a sus propios militantes guindas. Ha fraguado una congregación para dividir a Morena de Chiapas. Hay otros intereses mezquinos que alimentan su ego, por ello, le han mandado los primeros mensajes entrelineados.
Copelas o cuello. Era es la locución.
PD: Un abrazo fuerte para un excelente joven y servidor público José Ranulfo Esquinca Kobeh, quien este 02 de Noviembre estuvo de manteles largos. Es un funcionario con muchas tablas y con un futuro prometedor. Generoso y con un don humanitario, que lo hacen un tipo en peligro de extinción. Felicidades.
¿Quién dijo que tengo sed?
