miércoles, abril 24, 2024
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ALFIL NEGRO

Por Oscar D. Ballinas Lezama
Amenazadas por Maras

Migrantes hondureños y salvadoreños, que desde hace meses cruzaron la Frontera Sur por el río Suchiate, manifiestan que muchos de ellos vienen huyendo de la violencia de los Maras, quienes, al parecer están llegando al Soconusco con un mensaje de venganza y muerte.
Sara ‘N’ y Astrid ‘N’, son dos jóvenes señoras que han buscado desesperadamente la ayuda de las autoridades mexicanas; hasta ahora, según las denunciantes, les han dado con las puertas en las narices y no saben a quién acudir, ante el temor de morir masacradas por integrantes de la Mara 18, quienes les enviaron mensajes grabados a sus celulares, amenazándolas que van a matarlas, al igual que a sus pequeños hijos.
Las dos hondureñas, explicaron en exclusiva para EL ORBE, que desde hace cinco meses están en esta región, luego de huir de su país en donde denunciaron a los Maras que intentaban obligarlas a vender drogas y prostituirse, con la finalidad de ganar dinero para esa clica (Una especie de organización internacional criminal).
“Hola chavala, ya sé que estás en Tapachula, hija de pu…ya me informé en dónde estás, iremos para allá y te arrancaremos la cabeza, te trozaremos la lengua con todo y tus hijos ,tú sabes que somos de la MS, no te me capiés”, dice uno de los mensajes grabados a una de estas mujeres, que tienen días sin poder dormir en paz ni poder salir de esta a la calle de esta ciudad, que por razones políticas fue convertida en una enorme ratonera para los migrantes, en la cual nadie quiere prestarles ayuda, aseguran.
Luego de entregar a EL ORBE, una copia del mensaje grabado en sus celulares, las dos mujeres que presuntamente han sido amenazadas de muerte por los Maras, explicaron que han pedido asilo en las oficinas de COMAR en Tapachula, con la finalidad de que las protejan porque temen por sus vidas y las de sus pequeños hijos, sin embargo, al parecer existe un proceso burocrático que les obliga a demandar estos hechos ante los Derechos Humanos y la Fiscalía de Migrantes, para que los representantes de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, puedan iniciar el protocolo de asilo o protección de la vida de las solicitantes y sus hijos; mayormente, si son regresados a su país de origen.
Al parecer, obtener asilo y protección de las autoridades mexicanas no es tan fácil, al menos que se trate de un político de alto rango, como en el caso del ex presidente de Bolivia, Evo Morales, quien no solamente se le tramitó de inmediato la documentación de su asilo en México, por el temor que manifestó de ser asesinado en su país, sino que además, lo fueron a traer a Bolivia en un avión especial pagado por el gobierno azteca, le dieron vivienda de lujo y pusieron a su disposición una docena de guardaespaldas del estado mayor presidencial (aunque ahora dicen que pertenecen al ejército, sin embargo, su función es la misma).
Esas son las dos caras de la moneda en México, donde gente como Sara y Astrid, que amenazadas de muerte al igual que sus pequeños hijos, no pueden obtener el apoyo de las autoridades para proteger sus derechos humanos, tampoco parecen querer recibirles su denuncia sobre las amenazas de muerte, para que la COMAR tenga los requisitos que exige para dar asilo o proteger la vida de los migrantes.
Ayer, estas dos mujeres hondureñas, con lágrimas en los ojos clamaban un poco de misericordia a una abogada de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, dependiente de la Visitaduría General Especializada de Atención de Asuntos de Migrantes, para que les recibiera su denuncia en contra de la COMAR en Tapachula, para que no los deje en estado de indefensión, al no brindarles la protección y documentación necesaria de refugiados para proteger sus vidas, argumentando que para hacerlo, necesitan tener antes una denuncia ante la Fiscalía de Inmigrantes .
Al parecer, las dos hondureñas lograron con súplicas, que la abogada de la CEDH en Tapachula, iniciara el expediente con oficio número CEDH/OJ/3330/2019, para canalizar el asunto a la Fiscalía de Inmigrantes, retardando con ello, la agilización de la petición de asilo o ayuda de las mujeres que temen, en cualquier momento, ser asesinadas junto con sus pequeños hijos.
Este tipo de actitudes de las autoridades, que se supone están para apoyar y defender a los migrantes, es el pan de cada día en esta región del Soconusco, donde el Gobierno Federal “abrió las puertas del infierno” a la migración, basado en una política humanitaria, sin embargo, por amenazas del ‘Rey pelos de elote’, la federación echó para atrás ese proyecto y dejó varados en la Frontera Sur a más de 60 mil migrantes indocumentados infiltrados por grupos delincuenciales, los que se pelean a muerte el territorio del Soconusco.
En otras cosas, es urgente la despistolización en el Soconusco, sobre todo en municipios con focos rojos de inseguridad, como Tapachula, Suchiate, Cacahoatán y Mazatán, ya que la gran cantidad de antros existentes en estos municipios fomentan la inseguridad y la violencia, amén de las enfermedades venéreas como el Sida y la Sífilis; la Secretaría de Salud en sus tres niveles de gobierno debe de esforzarse por cumplir su cometido y ejercer un cerco sanitario; por su parte la Fiscalía General, así como las diversas corporaciones policiacas, deberán coordinarse mejor para implementar retenes para identificar e investigar a quienes anden armados y no tengan permiso oficial para ello.

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