viernes, abril 19, 2024
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ALFIL NEGRO

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano” (Proverbios 18:24)

Laberintos del Odio
Oscar D. Ballinas Lezama

Para nadie es secreto que en nuestro planeta el sentimiento de la amistad y el amor sigue enfriándose, sin embargo, aún hay esperanzas de rescatar el hermoso pensamiento de nuestro Señor Jesucristo, amaos los unos a los otros, aunque para ello, la humanidad tenga que picar mucha piedra.
Los enfrentamientos armados se dan en varias partes del mundo; países del Medio Oriente sostienen sin cesar guerras interminables y han creado la peor crisis humanitaria en la tierra, millones de seres humanos mueren bajo las bombas, balas y armas biológicas, sin que corporaciones como la Organización de las Naciones Unidas, puedan terminar esos conflictos bélicos para lograr la paz extraviada en los laberintos del odio y la venganza.
Escrito está en el libro de libros, que el ser humano es por naturaleza de sentimientos malos, lo que supuestamente se heredó de nuestros ancestros Caín y Abel, de ahí que el hombre se haya convertido en un lobo para el mismo hombre; el demonio de la violencia se ha metido por todos los rincones del mundo causando una espantosa estela de muertes.
El desamor entre las personas parece estar alentado por la envidia, el egoísmo, la ambición del dinero y el poder, lo que ha endurecido el corazón disminuyendo el amor y el deseo de ayudar o cuidar de los demás, al grado que hasta en el seno familiar se ven hijos atormentados por los golpes y palabras hirientes de sus progenitores; también hay muchos malos hijos que abandonan a sus padres cuando éstos llegan a ser viejos.
Continúan dándose secuestros y asesinatos en forma incontenible, como sucede en México con el crimen organizado que ha incubado la violencia y el miedo; el país azteca ha empezado a arder ante lo que muchos denuncian como una estrategia equivocada del Gobierno de la cuarta transformación.
Parece que alguien no logra entender que sin seguridad no puede haber crecimiento del país, sin embargo, dan la apariencia de no querer apostarle a la erradicación del crimen organizado, ya que los esquemas para implementar programas preventivos se han quedado en la buena voluntad de algunos gobernantes, sin que, hasta ahora, se vean buenos resultados en la lucha por garantizar la tranquilidad de la ciudadanía, que ya no ve lo duro, sino lo tupido.
En el Soconusco, el horno tampoco está para bollos, la mayoría de las organizaciones sociales, asociaciones de profesionistas, productores, empresarios, estudiantes, maestros, campesinos, amas de casa, coinciden en que la inseguridad permea cada vez con más fuerza y con el problema de miles de migrantes varados en Tapachula, el asunto ya se ha vuelto una complicación de seguridad nacional.
“Estamos en una recesión preocupante, populismo sólo sirve para ganar votos, sin embargo, ya vino Fernández Noroña y otro grupo de diputados turistas, sin que en esta región pase algo y cuando pasa, no pasa nada, cada día estamos peor”, aseveró un conocido empresario restaurantero.
Los secuestros y feminicidios a lo largo y ancho del país están a la orden del día, las protestas ciudadanas aumentan y mucha gente ya no sabe qué hacer; todo esto, ha convertido el país en un caldero del diablo a punto de reventar, si los responsables de la seguridad y la paz de los mexicanos no encuentran a tiempo el hilo de la madeja.
Ante este desolador panorama político social, difícil es encontrar muchas luces de amor y amistad, gracias a Dios, aún existen muchas células dentro de la sociedad mexicana y mundial que luchan a brazo partido para que la luz de la misericordia no se apague totalmente, ese es el milagro que las nuevas generaciones esperan heredar de la que en los últimos tiempos se está yendo poco a poco.
Los analistas del libro de libros, sospechan que la actual generación coincide con la que se profetizó que existiría en los últimos días, en la que prevalecería el espíritu de egoísmo, hombres y mujeres serían amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos; una generación de víboras que habla del bien siendo malos. ¿Será?
Pese a los grandes problemas de violencia e inseguridad y los malos augurios sobre el amor, ayer, muchos corazones dieron paso a ese sentimiento maravilloso, alentando con ello, la esperanza de que la humanidad aún puede cambiar para bien.

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