Nadie Reprimió la Caravana de Ayotzinapa.
Diego Victorio
Consignó los hechos apresuradamente, asumo que falló su fuente.
El juicio sumario -vía Twitter- que hizo el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación Alejandro Encinas Rodríguez, dejó en estado de indefensión a las autoridades de Chiapas.
La precipitada y atropellada reacción de Alejandro Encinas, retoma un cariz distinto, completamente lejano al de un funcionario defensor de ciudadanos.
Su acuciosa reacción, no denota cumplimiento en sus funciones, sino un visible protagonismo, sabiendo que el tema Ayotzinapa genera morbo y abre espacios en tribunas, en todo el mundo.
Tengo argumentos sólidos para demostrar que Encinas Rodríguez, en su afán de acaparar reflectores, golpeó -por Twitter- a mansalva al Gobierno de Rutilio, sin que este tuviera tiempo de subir la guardia.
Encinas, vehemente, afirmó que en Chiapas se reprimió a la caravana de padres de los 43 alumnos desaparecidos de la normal de Ayotzinapa.
Y, explícito, dio como hecho consumado que alguien había dado la orden de hacerlo, sin apelar a la presunción.
Alejandro Encinas, -tuiteó fijando una postura tendenciosa- dos horas y quince minutos antes que su jefa, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
La actitud mezquina del subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas, dista de la realidad:
En primera, porque nunca hubo una coacción a la libre manifestación de la caravana de padres de alumnos desaparecidos de Ayotzinapa.
La tarde del domingo 16 de Febrero, la caravana recorrió las calles de la capital de Chiapas hasta llegar al palacio estatal, sin que hubiesen incidentes.
El altercado al que Encinas Rodríguez hace referencia -en actitud protagónica- es la disuasión de un bloqueo orquestado por alumnos de la Normal Rural Mactumactzá.
Encinas debe saber a la perfección, que esa agrupación subversiva (Mactumactzá) ha secuestrado e incendiado camiones, por citar un ejemplo menor.
Mactumactzá es un bloque de choque que genera inestabilidad social y, si le concedes tiempo y espacio, es capaz de atentar contra la integridad del ciudadano de a pie.
El conato entre autoridades de seguridad y manifestantes se dio bajo los protocolos reglamentarios.
El Gobierno cumplía con restablecer el Estado de derecho.
Nadie reprimió la caravana de padres de los 43 alumnos desaparecidos de Ayotzinapa, como erróneamente lo afirmó Alejandro Encinas. No hay registros de tales acotaciones.
El mea culpa de Encinas vendría bien, eso hablaría de que Alejandro es un político con autocrítica, y de paso le retribuye al Gobierno Estatal, al que denostó sin pruebas. Al Tiempo.
Comentarios Atrincherados.
*Si Alejandro Encinas Rodríguez, fuera el Ombudsman que dice ser, hubiese reaccionado igual o con mayor prontitud ante los vergonzosos y lamentables hechos ocurridos el veintisiete de Enero en Tapachula.
Se envuelve en la bandera del doble discurso, al tratar de proclamarse como justo juez ante un hecho que nunca ocurrió como el de los presuntos ataques a la caravana de los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, pero calla y se desentiende de la brutal golpiza a indígenas mam de Pavencul, a manos de la Policía Municipal de Tapachula.
A diferencia de lo que le contaron lo sucedido el domingo en Tuxtla Gutiérrez, en el caso del veintisiete de Enero sí hay videos, fotografías y testimoniales de la barbarie y abuso de autoridad de los cuerpos de seguridad municipal.
Pese a ello, no vimos a Encinas condenar los hechos en Twitter.
Tampoco lo leímos presuroso por castigar a los culpables de la golpiza a los indígenas.
Menos lo vimos atraer, con tal exigencia, el caso de los indígenas tapachultecos vejados, golpeados y asaltados por la furiosa policía de un Gobierno Municipal de Morena.
¿A caso el tema de Pavencul no le daba esa plusvalía de funcionario protector y misericordioso? Hasta pronto.
