“Mientras las horas nos hablan de los muertos, los niños crecen. Entonces, ¿qué putas puede hacer el poeta, si, lo puede todo y no hace más que mirar y mirar? (Óscar Wong)
Cuestionan la Vacuna
Oscar D. Ballinas Lezama
Cayó en las trincheras de la guerra contra el Covid, Óscar Wong, otro grande de la poesía chiapaneca; brilló en México y en muchas partes del mundo, Dios le regaló el don de escribir poesía; en Chiapas, donde levantas piedras encuentras poetas, hay mucho escritor, es más, todos escriben. (Juan Pereyra).
Tuvimos la fortuna de ser uno de sus alumnos en los talleres de creación y apreciación poéticas que hace algunos años organizamos en la Casa de la Cultura de Tapachula; conocimos su temperamento poético que iba de lo tierno a lo trágico, siempre vimos la sonrisa y la amabilidad de Óscar Wong.
Oriundo de Tonalá, meses antes de ser tocado por el dedo de la muerte, el poeta costeño alcanzó a tomarse la última fotografía con algunos de sus amigos de la pluma y el sentimiento, entre los que destacó por su juventud y pasión en las letras, Zoé Robledo, que seguramente pudo leer el último artículo del poeta ‘turulo’.
Óscar Wong dejó este mundo en la segunda semana del mes doceavo, a los trece días del año de los muertos, sus letras presagiaban el fin de su existencia; comentó del vacío que estaba engullendo a sus amigos, conocidos y a muchas figuras públicas, “algo a lo que todos ya nos estamos acostumbrando”, dijo.
“Ante la muerte, únicamente queda el arte y la religión como recursos para sobrevivir. Sé de un zurdo y torpe diputado federal, que en el colmo de la estupidez se niega a utilizar el cubrebocas y postula su derecho a enfermarse, sin considerar que, al hacerlo, pone en riesgo a la sociedad, al grupo humano en donde se desenvuelve”, aseveró el poeta tonalteco en la víspera de su despedida final.
“El mexicano se burla de la Muerte, incluso le canta y la transforma en rito y mito y la vuelve calaverita de azúcar y octosilábica cuarteta epigramática”, expresó el Maestro Wong, quien parafraseó a Jaime Sabines, cuando escribió sobre la muerte de su padre: “Algo le falta al mundo/y tú te has puesto a empobrecerlo más.”
Se fue Óscar Wong, su nombre ya se escribió en la historia de los grandes escritores chiapanecos, pasó a formar parte de los 113 mil muertos a causa de la pandemia del Coronavirus en México; decía que era doloroso ver compañeros de labores, los últimos amigos de la infancia y la juventud que ya no podían seguir pasando lista de presente; que sentía una impotencia de no poder abrazarlos ni tener el consuelo de acompañar a los dolientes, que por razones del contagio sus muertos acaban siendo invisibles.(Q.E.P.D)
El tema del Coronavirus sigue ha formado gran polémica ante la actitud que han tomado algunos Gobiernos, que prometen una vacuna salvadora y redentora que está siendo cuestionada por muchos científicos serios en el mundo; la doctora y bióloga Karina Acevedo, afirma en México, que no se dejaría vacunar de un antídoto del cual tiene dudas sobre su efectividad. (¿?)
La científica afirma que al parecer, esta vacuna no pasó la prueba de fuego al no presentar sus creadores suficientes pruebas correctas, por lo que piden a los Gobiernos del mundo que la han comprado, verificar los datos de supuestos ‘controles falsos’. (¿Será?)
Karina Acevedo menciona que existe una ‘prueba denominada ‘estándar de oro’ que se sustenta con datos científicos, la que al parecer en este caso no se ha realizado y pudiera estar basada en datos erróneos; las autoridades de Salud tienen la obligación de intervenir para checar esa información científicos independientes en el mundo.
El Secretario de Salud en México ha dicho que la vacuna no será la panacea que erradicará la enfermedad de un día para otro, solamente ayudará a mitigar el impacto de la pandemia, y por ello es necesario que la gente se siga cuidando con las medidas preventivas que ya se han dado a conocer, siendo esta, la única forma de cortar las cadenas del contagio.
El mismo Presidente de la República ha tenido que aceptar que el Coronavirus no ha sido domado, que en esta segunda ola de infecciones se está regresando al uso del cubrebocas (mascarilla que el Ejecutivo se niega a usar y dar con ello el ejemplo), la sana distancia, que en el transporte público, iglesias, fiestas, restaurantes, entre otros lugares, es casi imposible que la gente obedezca las medidas preventivas.
En Chiapas se acaba de crear un decreto para el uso obligatorio del cubrebocas o mascarilla, sobre todo, en las empresas o negocios en donde existe aglomeración de personas (en Tapachula, los supermercados, el transporte público, restaurantes, las cantinas y discotecas, ningún caso hacen al decreto gubernamental, pese a que en este documento foliado con el número 045 en el Periódico Oficial del Estado de Chiapas, se señalan severas multas que van desde los 8 mil hasta los 176 mil Pesos, para quienes desobedezcan el mandato).
La organización de fiestas y reuniones con la presencia de decenas de personas que no usan cubrebocas ni guardan la sana distancia, se dan a diario en las narices de las autoridades; la gente argumenta que la Secretaría de Salud en Chiapas ha informado estar en semáforo sanitario color verde y, por lo tanto, suponen estar libre del virus.
Esta mala apreciación que por conveniencia tiene mucha gente, ha empezado a propiciar que los hospitales públicos empiecen a tener nuevamente ingresos de enfermos por Covid-19; aumenta el número de infectados y muertos por esta peste apocalíptica.
