Layda Negrete
La Suprema Corte está a punto de frenar una de las expresiones de abuso de poder de Alejandro Gertz Manero. En su decisión publicada el 14 de marzo de 2022, este tribunal decidió atender el fondo de un asunto que involucra de manera directa al Fiscal General. Si este escenario logra materializarse, tendremos un ejemplo destacado de control de poderes.
El homicidio según Gertz
En 2015 Alejandro Gertz Manero acusó a su cuñada y a la hija de ésta de haber matado a su hermano. La denuncia partía de una teoría inusual: ambas mujeres habrían simulado cuidar en su enfermedad a Federico Gertz cuando, deliberadamente y en contubernio, lo encaminaban hacia su muerte. La denuncia del homicidio por omisión buscaba encarcelarlas.
La teoría alternativa
Una teoría alternativa no comprobada postula que el difunto era prestanombres del hoy Fiscal General. Así, al morir el hermano y ante la imposibilidad de recuperar sus bienes, Gertz confeccionó la teoría del homicidio con el fin de impedir los derechos sucesorios de su familia política. La exclusión por doble banda, tanto de la cuñada como de la sobrina, le abriría la posibilidad de ser heredero.
Posible tráfico de influencias y abuso del poder
La denuncia original fue desestimada por las autoridades de procuración de justicia en 2016. Los fiscales consideraron que no había delito que perseguir.
Este asunto que parecía muerto revivió al momento en que Alejandro Gertz Manero se convirtió en Fiscal General de la República. Fue entonces cuando la Fiscalía General de la Ciudad de México decidió avanzar la acusación por homicidio. De forma similar, las autoridades judiciales de la capital participaron a favor del funcionario federal librando órdenes de aprehensión en contra de las dos mujeres e iniciando un juicio penal en contra de la sobrina de Gertz.
Alto al Fiscal
Los obstáculos a Gertz los ha puesto el Poder Judicial Federal. En septiembre del 2021 la juez federal Patricia Marcela Diez Cerda ordenó regresar el caso a las autoridades de la Ciudad de México para corregir parte del procedimiento que sustentó las órdenes de aprehensión. Este es el antecedente del caso que está frente a la Corte.
No cualquiera se atreve a contradecir a Alejandro Gertz Manero, un funcionario dispuesto a usar los recursos institucionales a su alcance para destruirle la vida a un adversario. Es el fiscal más poderoso de la nación y los ministros no son inmunes ante un hombre que escapa a la mesura y ejerce una tergiversada noción de justicia.
La decisión del pleno de la Suprema Corte de la semana pasada mejora la resolución de la juez federal y propone impedir el regreso del asunto a las manos de jueces y fiscales de la Ciudad de México. Estas autoridades locales ya erraron y su imparcialidad está en entredicho.
No es común que la Corte decida un caso directamente, pero hay veces que esto es indispensable. En unos meses, la Suprema Corte podría llegar a liberar a la sobrina del Fiscal General. Si esto llega a suceder, será el mejor desenlace de un acto de valentía y un ejemplo histórico de contrapeso al poder. Sun