Raúl Rojas
El artículo tercero de la Constitución mexicana establece: «El Ejecutivo Federal determinará los principios rectores y objetivos de la educación inicial, así como los planes y programas de estudio de la educación básica y normal en toda la República; para tal efecto, considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de diversos actores sociales involucrados en la educación, así como el contenido de los proyectos y programas educativos que contemplen las realidades y contextos, regionales y locales.»
Sin embargo, resulta que para el nuevo ciclo escolar que comienza en agosto, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya está imprimiendo los nuevos libros de texto gratuitos manufacturados por la Dirección de Materiales Educativos, a cargo del conocido ideólogo del ala fundamentalista de Morena, Marx Arriaga. Sin embargo, no se recabó previamente la opinión ni de las entidades, ni de otros actores sociales involucrados con la educación, como serían las universidades, los maestros o la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF). Esta última acaba de recibir un amparo contra la publicación de los nuevos libros de texto, ya que no se conoce el programa de estudios que los sustente, ni sus contenidos en detalle.
Aun así, ya se sabe que la SEP desaparece el libro de matemáticas y el libro de español, para dejar solo dos libros de contenido y tres libros de «proyectos». Los cinco libros que quedan son descritos así por la SEP:
«La nueva familia de libros de texto gratuitos estará conformada por:
*Tres libros de proyectos integradores (que contemplan los escenarios aula, escolar y comunitario) y que contienen lo inherente a cada Campo formativo, abordados desde metodologías sociocríticas que servirán de referencia para el tratamiento de los contenidos.
*Libro Nuestros saberes: Libro para alumnos, maestros y familia, cuyo propósito es ofrecer contenidos disciplinares explicados para toda la comunidad.
*Libro Múltiples Lenguajes. Su propósito es incentivar las habilidades creativas por medio de la imaginación y la reflexión crítica en torno a sus contextos socioculturales. »
Resulta entonces que ahora las matemáticas ya no contarán con un libro exclusivo para el tema y que tendrán que competir, como sección de texto y en el salón de clases, con otros temas y «saberes». Lo mismo ocurre con la enseñanza del español. En cambio, los proyectos «sociocríticos» dispondrán de tres libros, para que los maestros de primaria se conviertan en agentes ideológicos del régimen realizando «proyectos» en la comunidad.
Hay que hacer notar que el libro de matemáticas había existido desde 1962, a partir del segundo año de primaria, y desde 1972 también para el primer año. El «humanismo mexicano» desaparece así, de un plumazo, algo que era parte integral de la educación mexicana desde hace más de 50 años. Solo toma un sexenio destruir lo que ha tomado décadas edificar.
Varias entidades federativas ya anunciaron que se van a amparar contra la imposición de los nuevos libros de texto gratuitos. Al ser preguntado en marzo sobre los nuevos libros y sus defectos, el habitante de Palacio Nacional se burló diciendo: «Quieren que todos hablemos físico». Por eso, para que no «hablemos físico», las matemáticas y la ciencia pasaran a tener un papel secundario en la enseñanza, subordinado a mitológicas «epistemologías del Sur».
El método científico mismo es puesto en entredicho en el libro guía para los maestros, que más que un libro de pedagogía asemeja un manual para activistas partidarios. Según la SEP:
«El primer obstáculo que afecta al territorio escolar y que forma un gran prejuicio en múltiples ámbitos es la monocultura del saber y del rigor científico. Este mecanismo es el modo más poderoso que tiene el sistema hegemónico para generar ausencia y olvido. Consiste en la transformación de la ciencia moderna y de la alta cultura en criterios únicos de verdad y de cualidades estéticas.»
Por eso, para acabar con esa monocultura del saber, la del rigor científico, hay que extender por todo el país la pluricultura de la ignorancia.
Ahora las matemáticas se estudiarán así: «Los saberes de los maestros en el espacio social del aula, la escuela y la comunidad les permite pensar las matemáticas, la biología, la geografía, la literatura, la química o las artes desde las relaciones de género, clase o etnia, así como desde las interacciones culturales (…) [para] conectar saberes, formas sociales y culturales del pasado con el presente, e incluso perfilar esos saberes en el futuro mediante la acción sobre la realidad y su transformación.»
Según la SEP lo que ahora habrá en las escuelas mexicanas es una «ecología de saberes»: «En otras palabras, en la ecología de saberes, la ignorancia no es necesariamente el estado original o el punto de partida; puede ser el punto de llegada» (citando a De Sousa Santos). Y, además: «En la ecología de saberes, forjar credibilidad para el conocimiento no científico no supone desacreditar el conocimiento científico. Simplemente implica su utilización contrahegemónica.»
Así que, en las nuevas primarias mexicanas contrahegemónicas, las matemáticas y la ciencia pasarán a jugar un papel secundario para no interferir con la «ecología de saberes». Mientras tanto, en la China moderna los niños tienen clases diarias de matemáticas y le dedican hasta 15 horas a la semana al tema, incluyendo las tareas. El conocimiento «no científico» se va a regodear en las aulas mexicanas y seguro que la ignorancia será «punto de llegada».
¿Qué va a suceder en México? Las escuelas privadas van a tirar los libros de texto del Sr. Arriaga al bote de la basura, eso es previsible. Sin embargo, los niños en las escuelas públicas se convertirán en los conejos de laboratorio para el experimento social de la «ecología de saberes». Se intensificará así el apartheid educativo que ya existe en México y que potencia la polarización social.
No hay peor crimen que se pueda cometer contra los niños que arruinarles la educación, sobre todo la educación temprana. A los actuales gobernantes no les ha bastado con la fábrica de pobres que heredaron y han perfeccionado. Ahora los quieren pobres, ignorantes y fanáticos. Se trata de un atentado contra la niñez mexicana y el futuro del país. Sun
(Citas de «Un libro sin recetas para la maestra y el maestro», SEP.)