Los Invisibles del Sistema Deambulan por las Calles de Tapachula, y son Parte del Fenómeno Migratorio
Ernesto L. Quinteros
En este espacio le hemos comentado de la difícil situación que se vive en Tapachula con relación a los indigentes que deambulan por las principales calles de la Ciudad, que duermen y viven en parques y espacios públicos en donde también hacen sus necesidades fisiológicas.
Es un tema de salud pública, pero también de atención a quienes por diferentes circunstancias se encuentran viviendo en condiciones deplorables.
Por increíble que parezca, se han convertido en “los invisibles del sistema”, porque nadie, ninguna autoridad o dependencia los atiende.
El problema es que en pleno siglo XXI en nuestro país a nadie se le ha ablandado el corazón para modificar leyes y reglamentos. Ya sabe estimado lector, las normativas necesarias para que alguna dependencia, ya sea del Estado o la Federación, tenga el presupuesto y las herramientas para atender estos casos.
En este rotativo le hemos dado seguimiento a esta problemática social y de salud pública.
Y es que, desde octubre del 2018, cuando se incrementaron los flujos migratorios y empezaron a llegar a territorio mexicano, las caravanas con miles de migrantes, también se incrementó el número de población en condición de calle.
Sobre todo, en ciudades importantes, como Tapachula, en esta región de la frontera sur de México en donde nadie, ninguna dependencia tiene la capacidad económica, el personal, equipo e instalaciones para atender a esta población.
Porque no se trata solo de personas viviendo en las calles, generando una mala imagen urbana. Estas personas en muchos de los casos también padecen enfermedades mentales y tienen adicciones. Por eso se requiere de una atención especializada, y no faltará quien diga que no hay ni medicamentos en los hospitales públicos del país, por lo que sería casi imposible atender en términos de salud a esta población.
El punto aquí, es que, el número de población viviendo en las calles ha crecido, y el problema va en aumento, por lo que nos guste o no plantear esa posibilidad, las autoridades la tienen que atender. La pregunta es: ¿Cómo y con qué recursos? Y ese trabajo será de quienes nos gobiernan. Digo, para eso se les paga.
El problema es muy complejo, no es fácil, pero insisto, se tiene que atender porque migrantes o no, son personas, son seres humanos, que se encuentran sufriendo.
Los principales espacios públicos donde habitan, son parques, mercados, jardineras y terminales de autobuses y de servicios públicos, utilizados como refugios improvisados donde realizan sus necesidades fisiológicas.
Según comerciantes del llamado Centro Histórico, es una problemática que persiste, ya que no hay ninguna dependencia de gobierno que los atienda. Y es que cuando se duermen frente a algunos negocios, los dueños piden el apoyo de los policías municipales, quienes lo único que pueden hacer es moverlos de lugar.
Según Marco Antonio “N”, encargado de una tienda de accesorios, manifestó que la mayoría de los indigentes, son personas de origen extranjero, y lamentablemente han detectado que muchos presentan enfermedades mentales y de adicciones, haciendo más difícil su atención.
Los cuadros de las personas viviendo en la calle, asegura este comerciante, también generan una mala imagen urbana para visitantes y turistas en el centro de la Ciudad de Tapachula. Por lo que a su consideración se debería de legislar en torno al tema, y sobre todo brindar las capacidades presupuestales a alguna dependencia gubernamental de salud, algo que se ve muy difícil.
Incluso, personas altruistas han intentado llevar a estas personas a albergues, para que por lo menos tengan alojamiento y alimentación, sin embargo, no se adaptan, pues deben cumplir con las reglas internas de estos espacios, pero, por otro lado, los albergues en Tapachula también se encuentran saturados.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana.
¡Ánimo!
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