Tapachula, Chiapas; 31 de Marzo.- El Gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, autorizó en las últimas horas, los recursos necesarios para la adquisición de dos aceleradores lineales que servirán para la atención de los casos de cáncer en Chiapas, los cuales estarán ubicados en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
Esto es el resultado de cuatro años de gestoría insistente de parte del gobernador Manuel Velasco Coello, en un largo periodo en el que tuvo que comprobar con estudios y proyectos certificados, la necesidad de esos modernos aparatos de tecnología de punta.
Así también, de la voluntad y sensibilidad política del mandatario nacional, de atender los problemas de Chiapas, pero de raíz y con inversiones históricas.
En entrevista exclusiva para éste rotativo, el secretario de Salud en la Entidad, Francisco Ortega Farrera, precisó que ambos aceleradores lineales cuestan en global alrededor de 700 millones de pesos.
Es decir, una cifra similar a lo que costó la Terminal de Abastecimiento y Reparto (TAR) de Petróleos Mexicanos (PEMEX), que fue edificada en Puerto Chiapas e inaugurada recientemente por el Gobierno Federal y del Estado, que por cierto también fue otra de las peticiones que por más de 30 años imploró la sociedad de la frontera sur.
Según el Secretario, los aparatos serán adquiridos en Alemania, desde donde viajarán hasta los lugares en donde serán operados por especialistas en oncología y radioterapia.
A petición de Velasco Coello, el primer acelerador será el de Tapachula y será colocado en el Centro Regional de Alta Especialidad “Ciudad Salud”, y se prevé que pudiera entrar en operaciones al finalizar este mismo año.
Unas vez concluida esas instalaciones y que se cumplan con las más rigurosas normas de calidad en materia de salud y se superen ampliamente los pruebas, empezará el ensamblaje del segundo acelerador, el cual estará ubicado en el Centro Médico “Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza”, en la capital Tuxtla Gutiérrez, para empezar a ofrecer los servicios a mediados del próximo año.
También se aprobó los gastos de operatividad y mantenimiento de los aceleradores, que se calcula pudieran ser de alrededor de cien millones de pesos anuales, cada uno.
En Chiapas sólo existía una añeja Bomba de Cobalto con el que se otorgaban radiaciones a los pacientes de todas las edades, la cual hasta la fecha está instalada en el Hospital de Cancerología, al sur de Tapachula.
A ese lugar acudían los enfermos de ese padecimiento de gran parte del Estado, mientras que los de Tuxtla Gutiérrez y otros municipios de la zona norte de la Entidad, eran canalizados a Mérida, luego de que en Tapachula estaba la atención casi a su máxima capacidad.
Mientras que Velasco luchaba por cumplir todos los requisitos y protocolos que se requerían para aspirar a un acelerador, decidió hacer grandes inversiones -en las que también participó la Federación- y se modernizó la Bomba de Cobalto, luego de tres décadas de servicio ininterrumpido.
A pesar de esos y muchos otros esfuerzos, Chiapas continúa siendo primer lugar nacional en casos de diversos tipos de cáncer y linfomas, como el Cérvico Uterino, el de mama, leucemia, entre otros, que justificaban la urgente atención con tecnologías más avanzadas.
Según Ortega Farrera, el aparato en Tapachula y otras especialidades serán ofertadas también en Centroamérica, para atraer a un turismo de salud permanente a la frontera sur.
Un Acelerador Lineal (conocido popularmente en el sector médico como LINAC), es un dispositivo de alta tecnología que se usa para dar radioterapia de haz externo a enfermos con cáncer, así como para tratar todas las partes y órganos del cuerpo afectados con esa enfermedad.
Suministra rayos “X” de alta energía a la región del tumor del paciente y es cien veces más exacto que la Bomba de Cobalto, y no provoca los efectos secundarios de las radiaciones.
La Bomba de Cobalto en el Hospital de Cancerología, ha sido hasta ahora, a pesar de lo doloroso y traumático del tratamiento, la gran esperanza de vida para infinidad de personas con cáncer.
Los cargos de elección popular pueden ser utilizados de varias formas. Unos dicen muchas palabras pero sin hechos y solamente utilizan su estadía para el desvío millonario de recursos.
Otros, como el caso de Velasco, se dedican a la atención de los problemas más grandes y añejos de cada comunidad, pero que antes de él nadie quiso escuchar y mucho menos resolver. EL ORBE/Ildefonso Ochoa Argüello