* NEFTALÍ DEL TORO DEJA CALLES DESTROZADAS, INSEGURIDAD, AMBULANTAJE DESBORDADO, PROSTITUCIÓN, ANTROS DE VICIO, ALTAS TARIFAS DE AGUA, OBRAS INCONCLUSAS, SEÑALAMIENTOS DE CORRUPCIÓN Y PROTESTAS EN SU CONTRA.
Tapachula, Chiapas; 30 de Septiembre.- Este domingo concluyó la administración local que encabezó el hoy exalcalde, Neftalí Del Toro Guzmán, quien dejó como herencia a las autoridades entrantes un municipio con severos problemas en servicios públicos y una sospecha de corrupción.
Aún cuando no han comenzado las auditorías las cuales se espera que se realicen para saber con precisión todo lo ocurrido en estos tres años en Tapachula, lo visible es un desastre.
Quedan calles, literalmente, destrozadas; comunidades rurales y populares en completo abandono; proliferación de prostitución y antros de vicio en pleno centro de la ciudad, y un comercio informal que se ha apoderado de los espacios públicos en un crecimiento aproximado del cien por ciento anual.
Si las arterias viales en la zona más urbanizada están en pésimas condiciones, en las colonias populares la situación es aún peor. Miles de familias se quedaron esperando algún programa de bacheo en sus colonias en los últimos tres años, pero no ocurrió.
Los circuitos principales del primer cuadro de la ciudad quedaron incompletos y, en varios casos, representan un serio problema para los conductores.
Se desconoce el uso y destino que tuvieron en éste trienio los recursos del erario, porque los rezagos y las carencias siguen siendo las mismas o peores que cuando tomaron el cargo. En lugar de avances, los ciudadanos señalan que hay retrocesos muy marcados, principalmente en los servicios públicos.
Este trienio ha quedado marcado por las protestas. Pobladores, estudiantes transportistas, amas de casas, organizaciones sociales y otros sectores de la sociedad, se vieron obligados a tomar calles para manifestarse públicamente y exigir al gris Alcalde que reparara las arterias viales.
Pero también los propios trabajadores municipales salieron a las calles para protestar. Muchos, como los policías municipales, expusieron actos de corrupción y desvío de recursos; otros, como los empleados del DIF o el Coapatap, señalaron insistentemente hasta el último día, que les cortaron los servicios médicos; la falta de uniformes y equipos, así como otras irregularidades.
En torno a los problemas de la delincuencia común y organizada por los que atraviesa Tapachula, hay quienes opinan que debieron tratarse como un tema de seguridad nacional, por ser frontera.
De acuerdo a cifras oficiales, Tapachula se colocó en primer lugar en el Estado en varios delitos, incluyendo el homicidio.
Neftalí Del Toro será recordado porque en su administración las denuncias por extorsión se dispararon; al igual que el narcomenudeo; además de los robos diarios en viviendas, vehículos y motocicletas, así como el asalto armado a más de mil empresas, cientos de ataques sexuales y varios secuestros.
El Alcalde y sus colaboradores no pudieron, no quisieron o fueron incapaces para cumplir son sus obligaciones y sus compromisos. Es más, se aprecia que la ciudad está peor que como la encontraron hace tres años.
Ahora no solamente dan vergüenza las lamentables condiciones en las que deja Del Toro a Tapachula. Hoy da lástima el municipio.
Sus calles semejan a una zona de guerra por lo bombardeadas e inseguras. Por lo destrozadas, son peores que aquellos caminos de carretas de hace más de un siglo.
Para una sola muestra, comerciantes y habitantes que se encuentran en las inmediaciones del mercado San Juan, señalaron que nunca antes habían estado tan descuidadas esas arterias viales, en donde antes transitaban miles de unidades particulares y del servicio público, y ahora las evitan.
En esas desgarradoras escenas se reciben a los visitantes regionales, nacionales y extranjeros, además de la población que acude a ese centro de abastos.
Tal vez ya se le olvido al Alcalde saliente que, hace tres años cuando llegó a la alcaldía, ese sector de la ciudad tenía un tránsito fluido porque las calles tenían mantenimiento y estaban completamente libres de comercio informal.
Entre sus “cuentas claras” no aparece el hecho de que en estos tres años, los estacionamientos, pasillos, accesos y todo alrededor de ese mercado, están inundado de ambulantes que religiosamente pagaron todos los días por ese derecho al Ayuntamiento, aunque se desconoce el destino de tuvieron esos recursos, que bien pudiera ser millones.
No hay una sola obra por la que se le vaya a recordar.
Menos, por el aumento en los niveles de inseguridad. Quizás por el comercio informal, prostitución, antros de vicio, desabasto de agua, incumplimiento a bomberos y policías, deficiencias en la recolección de basura y otros reclamos sociales, los cuales hacen ver que ésta fue la peor administración que ha tenido Tapachula en su historia
Aún no se olvidan los escándalos de corrupción que llevaron a la opinión pública algunos Regidores, como las compras, en donde se comprobó que habían empresas fantasmas, e incluso, dijeron que estaban involucrados los familiares del Alcalde.
En el supuesto beneficio a los familiares de Neftalí Del Toro con recursos o proyectos gubernamentales, está también la calle donde viven, mientras que el resto de la ciudad se quedó esperando esos programas, por lo menos el bacheo.
A Del Toro se le recordará, además, por haber incrementado las tarifas de agua potable en hasta 600 por ciento, obligando a sectores productivos y sociedad en general a protestar.
Quedarán como testigo de eso las demandas que interpusieron los usuarios ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), en contra del Comité de Agua Potable y Alcantarillado de Tapachula (COAPATAP) y del Ayuntamiento que presidió Del Toro Guzmán.
Mientras, la sequía, la descarga de drenajes y la falta de inversión en el saneamiento de los ríos que atraviesan la ciudad, ocasionaron que Tapachula sufriera en este periodo una grave contaminación y que las enfermedades, sobre todo las intestinales, se hayan incrementado alarmantemente.
Se ha de sentir muy orgulloso el ahora ex presidente municipal que Tapachula sea el primer lugar nacional en casos de Dengue, afectando sobre todo a las familias más pobres de la ciudad.
Por otro lado, las plantas de tratamiento de aguas residuales en la región del Soconusco, sobre todo en Tapachula, son inoperantes.
Los ríos Coatán y Cahoacán, dos de los más grandes en la región, sufren una irreversible contaminación que llega al estero y el mar, que además daña nuestro medio ambiente y la salud de la población, debido a que las descargas de los drenajes van directo a los afluentes
La administración municipal tuvo responsabilidad u omisión directa en que las plantas de tratamiento -en el caso de Tapachula-, no funcionaran al cien por ciento.
El mayor ejemplo de contaminación en Tapachula es el mal llamado “Coatancito”, que en realidad se trata de un drenaje a cielo abierto, porque recibe las descargas domiciliarias de una gran parte de la ciudad, sin que nadie haga algo para evitarlo.
La venta de los espacios públicos fue descarada, al grado de que hasta los pasillos y calles en el interior de los panteones se comercializaron. Recientemente la calle principal del nuevo Hospital Regional la transformaron en un tianguis de fritangas.
En otros, como el cementerio de Puerto Madero, se desconoce a donde fue a parar casi medio millón de Pesos que envió el Gobierno del Estado para que construyeran un nuevo camposanto.
Del Toro será recordado porque durante su administración también se inundó Tapachula de gasolineras y lugares con venta de bebidas embriagantes.
Dejó abandonadas las casetas de policías y las fuentes de la ciudad, incluyendo la Atzacua, las que se encuentran en el parque de Las Etnias, frente a la alcaldía, y las tres del Centro Recreativo Los Cerritos.
Además, porque aquel equipo de basquetbol profesional que le llevó vida al Centro de Convivencias, tuvo que ser enviado a otra región del país por falta de apoyo.
Habría que recordarle que los mayores actos vandálicos y saqueos en la historia de Tapachula se cometieron durante su gobierno. El primero en una celebración de las Fiestas Patrias, y el segundo, donde tuvo que intervenir el Ejército Mexicano para restablecer la gobernabilidad en Tapachula, a principios del año pasado.
La recolección de la basura y los centros de transferencia fueron otra denuncia permanente, incluso los tricicleros mostraron en su momento su inconformidad, porque las autoridades les incrementaron las tarifas por aceptarles los residuos, cuyos recursos se desconoce también a dónde fueron a parar.
Cabe recordar que uno de los compromisos del ahora ex Alcalde fue el que sacaría del área urbana los centros de transferencia y resolvería el problema de recolección de basura, pero mintió.
Lo peor de todo es que Neftalí Del Toro se hizo su propia fiesta este fin de semana para dar su último informe, a puerta cerrada y ante un grupito de sus colaboradores, y salió de ahí sonriendo, como si supiera que nada ni nadie le harán nada.
Queda en manos del nuevo Congreso del Estado y de las autoridades fiscalizadoras fincarle responsabilidades, porque precisamente la sociedad votó por acabar con la corrupción y la impunidad. EL ORBE/Ildefonso Ochoa Argüello