Tapachula, Chiapas; 26 de Septiembre del 2020.- Cientos de transmigrantes centroamericanos quedaron varados en los últimos seis meses en Frontera Talismán, en el municipio de Tuxtla Chico, luego de que Guatemala decidió cerrar sus límites fronterizos como medida preventiva para evitar los contagios del Covid-19.
Durante todo ese tiempo durmieron y vivieron en sus propios carros; cocinaban sus alimentos en las calles y rentaban baños para sus necesidades fisiológicas.
Ahora, a partir de esta semana y luego de que esa nación centroamericana decidió abrir de nuevo el paso en sus puentes internacionales, ha empezado a fluir el tránsito de los transmigrantes hacia sus naciones de origen.
Eliuth Gamboa, uno de los afectados, dijo en entrevista para rotativo EL ORBE, que la contingencia afectó a todos por igual, se respetar fronteras.
“Toda la gente de Centroamérica que trabajan del lado de Tapachula, tenía que pasar por el río y correr el riesgo. Hace unos 15 días pasó un accidente ahí, se murió un amigo porque se cayó de la garrucha y se murió ahogado», dijo.
Reveló que el día 18, el Gobierno de Guatemala decidió abrir sus fronteras, porque los pobladores ya estaban organizando protestas.
El cruce de México a ese país se llevará varios días y, según Gamboa, tendrán que acatar las medidas sanitarias que les impongan para poder entrar.
Aunque insistió que «sabemos que la pandemia es un mal que ha venido a matar a mucha gente, pero también a veces el Gobierno de Guatemala exagera con las medidas que pone».
Hasta este sábado, había largas filas de transmigrantes tratando de cruzar el puente internacional, ya que a esos cientos que permanecieron varados en Frontera Talismán, se han ido agregando muchos otros que quedaron en diversas regiones de Chiapas y de México.
Se considera transmigrante a una persona, en este caso de Centroamérica, que requiere pasar por México para ir hacia los Estados Unidos, pero con fines de compras y retornar a sus países de origen.
Ellos, los que cruzan por Chiapas, van a Norteamérica a comprar vehículos y artículos de segunda mano, pero tienen un tiempo muy definido para ir, regresar y salir de México, para no hacerse acreedores de multas y la cancelación de sus visas.
A su paso por territorio nacional, tienen que pagar pedimentos y otros impuestos, además de las cuotas en carreteras, comida, combustible y otros servicios. EL ORBE / M. Cancino